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Las Fortalezas y Torres de la Costa


La costa de la Contraviesa tiene aproximadamente unos cuarenta kilómetros de longitud, todos ellos mirando al Mediterráneo. Esa abertura al mar hizo a lo largo de la historia a este entorno costero marino un espacio asequible hacia el interior, por lo que el peligro que acarreaba hacía del lugar un terreno inhóspito y despoblado. Para evitar esas internadas de desembarcos de piratas se construyeron a lo largo de toda esta costa una serie de torres vigía y fortalezas que se comunicaban entre sí para dar aviso de la llegada de estos extranjeros al continente. A su vez estas torres comunicaban con el interior para preparar a las poblaciones cercanas para la lucha contra estos desalmados que pretendían capturar esclavos y robar todo aquello que consideraran valioso.
Decía Luis de Mármol en el siglo XVI: “Lo que cae hacia la costa de la mar está muy despoblado y por eso es my peligroso, porque acuden de ordinario por allí muchos bajeles de los corsarios turcos y moros de Berbería”.


Así se crea para aquella época un sistema defensivo, con torres cilíndricas y cónicas, castillos y baluartes que decoran el paisaje de la costa de esta Sierra y que se extienden hacia Málaga y Almería. Sin embargo el reino Nazarí ya tenía este sistema defensivo. Destacaban las torres vigía o atalayas, edificaciones militares de los siglos XVI a XVIII, que ahora se encuentran la mayoría restauradas en buen estado salvo alguna excepción.
De levante a poniente encontramos levantadas las torres de Guainos, Huarea, La Rábita, Punta Negra, Melicena y Cautor. Además la fortaleza de Adra, el castillo de La Rábita, junto a su torre y la torre baluarte de Castillo Baños.

Castillo de Adra

Fortaleza de Adra
Actualmente sólo existen restos de la muralla de la fortaleza del siglo XVI de la llamada Adra “La Nueva”, que servían de protección a la villa. Este recinto fue mandado construir por la reina Juana La Loca.
Durante la Guerra de las Alpujarras tuvo un papel fundamental. Esta guerra se desarrolló entre diciembre de 1568 y septiembre de 1570. Fue el último intento de población hispanoárabe de vivir en el antigua Reino de Granada, según sus costumbres, creencias religiosas y lengua. Durante todo el desarrollo de la guerra, la fortaleza de Adra, que estaba en manos cristianas, será una pieza clave para garantizar el control de la costa e impedir el avituallamiento desde África de los insurrectos. Los rebeldes moriscos atacarán Adra durante varias intentonas para hacerse con el control del principal puerto del contacto con los reinos africanos.






Torre de Guainos

Torre de Guainos
Esta torre vigía se encuentra en el anejo de la población de Adra llamado Guainos. Está a unos cien metros de altitud sobre el nivel del mar, siendo la primera torre por el levante de la sierra de la Contraviesa. Data de los siglos XIII-XV. Se trata de una clara muestra representativa del sistema defensivo nazarí-castellano, cuyo cometido era la vigilancia costera, sobre todo de la piratería berberisca.
Tras la reconquista, los Reyes Católicos comienzan a fortificar la costa y mandan levantar torres vigía. Varias de estas torres aún permanecen de pie a lo largo de toda la costa, siendo la más antigua probablemente la de Guainos.


Torre del Castillo de Huarea

Esta torre se encuentra en la localidad de Castillo de Huarea, término de Albuñol, al finalizar la provincia de Granada y comenzar a un kilómetro la de Almería. Se sitúa en la margen izquierda de la Rambla de Huarea, a 90 metros de altura y 3000 metros del mar. A su derecha se encuentra el castillo de la Rábita y a su izquierda o levante la Torre de Guaínos, ya perteneciente a Almería.
Castillo de Huarea


Presenta un estado ruinoso, era cilíndrica y parecida a la de Melicena. Constaba de una sola cámara y plataforma. Tenía el cuerpo macizo hasta el suelo e la cámara. Como se ve en la imagen sólo se conserva el cuerpo hasta lo que era la cámara, y un trozo de pared de esta.
Su origen se remonta a la época nazarí por las noticias que de ella se tienen en diversos documentos. Fue usada más tarde después de la conquista del Reino de Granada pero no fue restaurada. Con el paso del tiempo fue deteriorándose, conociéndose que sobre comienzos del s. XVIII ya estaba arruinada y sus ocupantes se guarecían en una cueva cercana. Hubo intención de reconstruirla en estas fechas aunque al final no se llevó a cabo. Su función era la de vigilar la entrada de la Rambla de Huarea y las dos calas que tiene a levante y poniente.

Castillo de La Rábita


En La Rábita se encuentra situado este castillo de origen nazarí. Delante de él se extiende la población del mismo nombre, teniendo a poniente la Torre del Puntalón y a levante la de Huarea, las cuales no ve por lo que se construyó la torre atalaya mencionada. Se encuentra a 7 km. de Albuñol, que está tierra adentro. En principio su construcción estaba a orillas del mar pero hoy, debido a los depósitos de la rambla de Albuñol, queda bastante retirado del mar.
Castillo de la Rábita


En su origen fue un "ribat" árabe, del que se conserva la torre, más tarde fue transformado en castillo cristiano y adaptado a las necesidades artilleras. En el s. XVI le fue añadido el fuerte delantero con dos baluartes pequeños unidos por una cortina para las bocas de fuego. Está hecho de mampostería de cal y canto y el fuerte tiene los ángulos de cantería. El parapeto es todo corrido.
Si en un principio la función era de "ribat", el uso que se le dio después de la conquista era el de defender la desembocadura de la rambla de Albuñol, proteger los barcos de mediano tamaño que llegan a cargar los productos de la zona o resguardarse del poniente. Tuvo cinco cañones de hierro y uno de bronce. La guarnición constaba de un oficial, 24 soldados de infantería, un cabo y 4 artilleros, un capellán y un guarda-almacén, pero hacia principios del s. XIX tuvo bastantes menos.


Torre de La Rábita

Se halla situada en el llamado Puntal de la Rábita, a la izquierda tiene la población de este nombre y a la derecha o poniente, la desembocadura de la rambla de Albuñol, cuyos aportes han creado la playa cercana. A poniente tiene la Torre de Puntalón y a levante la de Huarea. Desde su posición se divisa un amplio horizonte.
Torre de la Rábita


Es troncocónica de dos pisos y plataforma y está coronada por una linterna. Está hecha de mampostería con piedra caliza y mortero de cal, usando el ladrillo en los marcos de los huecos.
Antes de la existencia de esta torre, había un punto de observación con una estancia con tres guardas. No sería hasta el último tercio del s.XVIII cuando fue construida por manos privadas al objeto de enlazar el Castillo de la Rábita con las torres cercanas. Estuvo ocupada por un cabo y dos torreros.

Torre del Puntalón

En la llamada Punta Negra, estribación de la Sierra, se aposenta esta torre atalaya, estando a 90 m del nivel del mar y a 200 m de distancia. Pertenece al término municipal de Albuñol y domina un amplio horizonte. Por su derecha o poniente tiene la Torre de Melicena y a levante la de la Rábita.
Torre del Puntalón


Tiene forma troncocónica, con dos pisos y plataforma con parapeto, hecha toda de mampostería de piedra caliza y mortero de cal y en los huecos se usó el ladrillo. La puerta-ventana está orientada al norte y da acceso al piso superior. Esta habitación tiene la cubierta semiesférica de ladrillo, con un agujero en el centro para dar paso a la linterna, mirando al sur tiene una ventana y a un lado una alacena. La estancia inferior tiene cuatro aspilleras a los cuatro puntos cardinales. Esta cámara y la superior quedaban separadas por vigas de madera que soportaban tablas y solería y se unían por medio de una escalera que hoy no existe.
Al igual que otras torres de la costa granadina, fue construida por manos particulares al objeto de obtener prebendas de parte del rey. Fue levantada en 1768 con el objeto de pasar señales a un lado y otro y para abandonar la Torre de Melicena que se sitúa antes que ella, a poniente. Está bastante mal conservada y de ruína total ya que debido a los terremotos se deslizaron los terrenos sobre los que descansa.

Torre de Melicena

Está posicionada a cien metros sobre el nivel del mar, próxima a la localidad de Melicena, en el municipio de Sorvilán. Por la derecha tiene la Torre del Cautor y por la derecha no tenía visual ninguna hasta que se construyó la Torre de Puntalón.
Torre de Melicena


Es una torre de forma cilíndrica, de una sola cámara y con una plataforma con parapeto. La puerta-ventana está orientada a levante y dispone de un matacán para su defensa.. Presenta una ventana mirando al sur. La cámara tiene una techumbre esférica y además de la puerta, tiene una chimenea y la escalera para acceder a la plataforma.. El cuerpo es macizo hasta el dintel de la puerta. Toda ella es de mampostería con piedra caliza y mortero de cal. Se conserva bastante bien.
Originalmente su función era la de alertar al municipio de Sorvilán sobre la llegada de naves enemigas. Fue construida alrededor de 1515 y no se sabe muy bien si en este lugar hubo alguna torre de origen nazarí. Lo que si es certero es la presencia, antes de construida la torre, de una estancia con algunos guardas.
Entrada de la Torre


Posteriormente le fue designados 1 cabo y tres torreros y en algunos momentos llegó a tener tres soldados de infantería. De todas formas parece que no era muy segura y fue sustituida por la Torre del Puntalón. Hacia 1839 fue ocupada por los carabineros.


Torre del Cautor

Se ubica la torre a la entrada de la localidad de La Mamola, en el término municipal de Polopos, sobre un monte, en la vertical de un túnel por el que pasa la carretera. Es torre atalaya y presenta a poniente la Torre de Baños y a la izquierda la de Melicena. Tiene gran amplitud visual pues desde ella se alcanza por poniente la Torre de la estancia y por levante la Torre del Puntalón.
Detalle de entrada a la Torre


Fue edificada en la primera mitad del s.XVI. Es algo cónica y está construida de mampostería de piedra caliza y mortero de cal. Presenta un parapeto como continuación del cuerpo el cual es macizo hasta el suelo del único habitáculo que tiene. Esta cámara tiene una cubierta esférica de ladrillo y dispone de una puerta-ventana mirando a levante y una ventana al sur. Tiene una chimenea, alacena y escalera para subir a la plataforma.
El objetivo de la torre era vigilar a levante la ensenada y por poniente la de Baños. Su construcción fue temprana por la necesidad de la misma y tuvo un cabo y tres torreros. Se pensó en anexionarle una batería baja que al final no se hizo.

Torre Defensa de Castillo de Baños

Esta torre se levanta en una zona montañosa y rocosa, en la playa formada por la desembocadura de la Rambla de la Haza del Trigo, en la población denominada Castillo de Baños. Su misión era proteger del desembarco de piratas y moros para subir por la rambla hasta las Alpujarras. Por la derecha tiene a la vista la Torre de Cambriles y por la izquierda la Torre del Cautor.
Torre de Castillo de Baños


Es una torre de defensa con planta de herradura del último tercio del s. XVIII. La parte frontal es semicircular y terminan en baluartes, unidos por la gola. Está construida de mampostería de piedra caliza y mortero de cal, y los ángulos y marcos de sus huecos son de ladrillo, así como el remate del parapeto. Tiene dos plantas y plataforma. La entrada es por una puerta-ventana situada en el baluarte de la derecha. Tiene dos garitas con cubiertas sobre los baluartes. Su conservación es buena debido al uso hasta época reciente como casa-cuartel. En un principio la línea de playa llegaba a sus pies, hoy en día los aportes de la rambla han hecho que el mar se retire y se encuentre algo alejada de ella.
La misión de esta torre era acoger un cierto número de piezas artilleras para batir las llanuras litorales en las que estaban. No obstante, antes de la construcción de esta torre existía alguna estancia denominada de los Baños con función de vigilancia con tres guardas, situada a poniente de la rambla. Más tarde, a finales del s. XVIII, se construyó esta torre en la desembocadura de la rambla, para prevenir los desembarcos de moriscos y piratas con la intención que anteriormente se ha expresado.
Detalle del baluarte


 Aunque fue construida para ser artillada con dos cañones, con el transcurso del tiempo no llegó a acoger ningún cañón y se dedicó sólo a tareas de vigilancia. Fue levantada por manos privadas al objeto de obtener un cargo determinado el que la mandó construir. A partir de 1.839 fue usada por los carabineros y posteriormente sirvió como casa-cuartel para la Guardia Civil.




Vigía desde la Torre de Guainos


Presentación e Índice




La Sierra de la Contraviesa se encuentra en el sur de la Península Ibérica, en la comunidad autónoma de Andalucía dentro de las provincias de Granada y Almería. Se ubica entre Sierra Nevada y el mar Mediterráneo, lo que la hace una zona de influencia tanto continental como africana, justo enfrente y paralela a ella se encuentra la cordillera del Rif. Esta situación también explica su topónimo, la palabra "contraviesa" viene del adjetivo latino "contraversus", cuyo significado es "vuelto frente a" o "puesto enfrente de". De esta manera "contraviesa" procedería de "contraversam", forma femenina del adjetivo anterior que haría referencia en este caso a una sierra que se encuentra enfrente o paralela de Sierra Nevada o del mar Mediterráneo.
Esta sierra limita al norte con Sierra Nevada, al sur con el mar Meditarráneo, al este con la sierra de Gádor y al oeste con la sierra de Lújar. El perímetro está conformado por el norte con el río Guadalfeo, por el sur la costa mediterránea, por el este el río Adra y por el oeste la rambla de Castell de Ferro. Las poblaciones más externas de este perímetro serreño son al norte Torvizcón y Jorairátar, al sur La Rábita, al este La Alquería y al oeste Fregenite.

La Contraviesa pertenece al Sistema Alpujarroide, el cual abarca gran parte de la Cordillera Penibética en su zona más costera, arrancando desde la provincia de Málaga, y forma una compleja alineación montañosa de mantos de corrimiento. Surgió tras el gran empuje orogénico del plegamiento alpino, que levantó y plegó los materiales paleozoicos del antiguo macizo Bético-Rifeño. Prácticamente todas sus poblaciones surgieron en la época árabe, aunque muchas de ellas tuvieron presencia humana en períodos anteriores.


Presencia humana en la Comarca:

Neolítico (4200 y 2500 a.c.): Las tribus que vivían en la cueva de los Murciélagos de Albuñol cultivaban en los valles cercanos a Murtas y Albondón, recolectaban miel y se adornaban con colares de conchas y piedras de colores. Estos pobladores no poseían armas de guerra, siendo su organización social matriarcal.

Los Millares (2400 a 200 a.c.): Lindando con la Contraviesa se encuentra la sierra de Gádor, donde floreció uno de los mayores poblamientos de la época (Los Millares), donde existió un gran pueblo de cabañas de mimbre rodeado por un muro y foso de protección.

Iberia y Tartessos (1400 a 500 a.c.): El pueblo íbero de Tartessos empezó en el Bajo Guadalquivir, extendiendo su poder hasta las zonas mineras de la Contraviesa, frenando la cultura celta que ocupaba casi la totalidad de la Península Ibérica.

Aljibe árabe de Rubite


Cartagineses (500 a 206 a.c.): Conquistaron a los fenicios la ciudad de Gadir, y aniquilaron a los Tartessos, monopolizando el comercio mediterráneo. En el 237 a.c. Amílcar conquista la zona del sur de Iberia y explota las minas de plomo y hierro de la Contraviesa.

Romanos (200 a.c. a 400 d.c.): Sólo la Vía Hercúlea, construida por los romanos en honor de Hércules para que éste se trasladara por la vía cerca del mar hasta Gibraltar, es el legado que cerca de Torvizcón ha dejado esta civilización. Además a partir de 199 a.c. surgen las rebeliones de los Íberos luchando en esta sierra con su líder Colca.

Islam (711 a 1570 d.c.): Es la época más fructífera para la Contraviesa. En el siglo XI el puerto de Adra adquiere una gran importancia comercial, así que en parte de la sierra se siembran moreras para la fabricación de la seda que son exportadas por todo el Mediterráneo. También fomentaron los productos de la huerta, vino, frutos secos y esencias aromáticas, que se exportaron y sirvieron como pago de impuestos de los reyes nazaríes a los reyes castellanos.

Castilla (1492 a 1877): Al caer el reino de Granada en 1492 muchos andalusíes se instalaron en la Contraviesa, que junto con el resto de la alpujarra crearon grupos de resistencia al mando de Aben Humeya, el último rey andalusí que vivió en Narila (Cádiar). Las crueles revueltas acabaron en 1570, que fue cuando Felipe II expulsó a los moriscos de estas sierras, despoblándose toda la comarca. La Contraviesa, después de esta expulsión, fue repoblada con cristianos gallegos, leonesas y castellanos, los cuales cambiaron los cultivos tradicionales por cultivos cerealistas que produjeron un desgaste ecológico y económico de la zona.

Siglo XVIII: Se basan en una economía de subsistencia, creando bancales regados con las antiguas acequias y albercas, cultivando frutas y hortalizas, desarrollando la industria textil mediante los tejedores y levantando los molinos de harina.

Siglos XIX y principios del XX: Se vuelve a desarrollar la industria minera en la sierra, pero la necesidad de madera produce una tala excesiva de toda la comarca, produciéndose un destrozo que hizo desaparecer este desarrollo minero.



A continuación voy a plasmar de forma sucinta la historia de los orígenes de estas poblaciones, que tanto en las faldas norte como sur de esta serranía se encuentran ubicadas, creando una amplia comarca con una fisonomía propia que la hace de un atractivo singular.

He querido representar la base de la vida y la supervivencia en esta sierra mediante los diferentes manantiales que hicieron posible el establecimiento de poblaciones estables desde épocas remotas. Cada una de las imágenes de manantiales o fuentes ancestrales pertenecen a cada una de las poblaciones de la Contraviesa.

*La fotografía en dibujo representa una de las calles típicas de uno de los pueblos de esta sierra. Pertenece a la colección del pintor Juan Sabio.


http://www.juansabiopintordelaalpujarra.blogspot.com/



Índice 
Localización de la Sierra de la Contraviesa



* Ugíjar.

* Turón.

* Rubite.

* Polopos.

* Murtas.

Mar de nubes sobre el Mediterráneo desde la Sierra de la Contraviesa

* Lobras.

* Cástaras.

* Cádiar.

* Berja.

* Almegíjar.

* Alcázar.

* Albuñol.

* Albondón.

* Adra.

* Sorvilán.

*Fortalezas de la Costa.

Ugíjar

En el siglo I a.c., Estrabón habla de que el héroe griego Ulises funda una ciudad, que podría ser Ugíjar, a la que le da el nombre de “Ulyssea”, en la que se levantaba un templo dedicado a la diosa Atenea, en cuyos muros Ulises habría dejado como ex votos sus escudos y los espolones de sus naves.

A su vez Homero, en la Odisea, cita una ciudad próxima a Adra situada al otro lado de las montañas. Se cree que esta ciudad pudo ser Ugíjar, ya que tenía un gran atractivo en aquellas épocas porque las arenas del río eran ricas en oro.

En la época árabe es cuando se construye esta población tal y como es actualmente, siendo cabeza de taha administrativa, con jurisdicción sobre las poblaciones de la Alpujarra.

En las Capitulaciones de Santa Fé pasa a formar parte del feudo de Boabdil. Los Reyes Católicos le concedieron el título de ciudad; con los Austrias fue Alcaldía Mayor, y a mediados del siglo XIX fue cabeza de partido judicial.


Turón

El origen de la palabra Turón viene del latín “Turobriga”, se supone que esta población fue ibero-romana, aunque existen evidencias reveladoras de que en el Neolítico hubo presencia humana en esta zona, aprovechando las cuevas como viviendas y enterramientos. En el Marchal se han encontrado restos de enterramientos junto con utensilios y enseres domésticos, como vasijas hechas a mano con arcilla, puntas de flecha y hachas de piedra.

La cercanía de la ciudad fenicia de Abdera, hizo que hubiera relaciones comerciales con esta comarca.

En la época romana, a la vez que se construía la “Vía Hercúlea”, se erigían las calzadas de Turón a Adra y Albuñol, otra de Turón a Benínar y Berja, y la última de Turón a Murtas y Cádiar. Estas importantes vías de comunicación se construyeron para transportar el mineral de plomo que se explotaba en las minas de la zona, que estuvieron en funcionamiento hasta 1973.

El cultivo de la tierra se vio favorecido por el entramado de acequias para regadío y el uso del arado romano, desarrollándose sobre todo el olivo y la higuera, cuyos hogos fueron famosos y muy apreciados en los mercados de la antigua Roma, por su delicadeza y dulzura.

Durante la dominación árabe, en el 711, el pueblo adquirió su máxima relevancia, integrándose en el siglo XV en la taha del Gran Cehel. La mezquita estuvo enclavada donde se encuentra la actual iglesia, quedando también algunos restos árabes como las almazaras de Colorín y la de San Rafael. En esta época fueron también famosas la lana y la seda trabajada por estos habitantes, cultivando la morera para la crianza del gusano de seda. Obtenían una amplia gama de colores mediante la mezcla de tierras e insectos variados, de donde obtenían los tintes.

Tras la rendición de los moriscos la población cayó en decadencia y despoblamiento, siendo repoblada durante el reinado de Felipe III con campesinos de Galicia, León, Asturias y Castilla, para habitar las tierras dejadas por los musulmanes y vendidas a Luis Zapata Portocarrero por la reina Juana de Castilla.

Investigación realizada por Mª Dolores Fernández Gil.

Rubite

El origen de la palabra rubite es un mozarabismo que significa zarzamora, que viene del latín “Rubus rubetum”. Las primeras referencias a esta población se remontan a la época musulmana. En el siglo XI Al Udri habla de la existencia del Yuz de Bargís, al que parece ser estaba adscrito Rubite.

Desde el siglo XIII al XV, bajo el dominio nazarí, la taha de Sahil (Gran Cehel) y Suhayl (Pequeño Cehel) abarcaban la sierra de Lújar y la Contraviesa. En ellas los habitantes bereberes cultivaban los huertos que regaban con manantiales y mantos acuíferos, captados con minas, canalizaciones y albercas. La taha de Suhayl agrupaba las poblaciones de Lújar, Olías, Fregenite, Rubite, Ulbrite (el actual cortijo Rubite el Alto), Bargis, Alfaz y Alcázar.

Sobre el 1500, la conversión de los mudéjares dio lugar a la huida de muchos moriscos de estas tierras hacia el norte de África. En el 1504 se fueron todos los moriscos de Rubite, siendo un lugar peligroso por su cercanía a la costa, por la entrada de bajeles de corsarios turcos y moros de Berberia.

Durante las repoblaciones del siglo XVIII., la zona aumentó notablemente su población y su prosperidad económica, siendo la industria del vino la fuente de ingresos fundamental.

Polopos

Localidad muy antigua cuyo nombre viene de la raíz latina “populus”, traducido al castellano como “chopo”. Las primeras referencias a esta población se producen durante la época de dominación árabe, perteneciendo a la taha del Gran Cehel, cuya cabeza era Almegíjar. De la época islámica quedan como testigos varios aljibes rurales y norias de molinos, que dan una idea de la próspera agricultura del lugar.

Durante las Capitulaciones de Santa Fé para la rendición de Granada , fue cedido al último rey nazarí, Boabdil. Cuando éste fue expulsado al norte de África, el pueblo se integró en la corona de Castilla, siendo vendido por Fernando el Católico al señorío de Albuñol.

En la época cristiana, la proximidad a la costa y la amenaza continua de corsarios berberiscos, hizo que se desarrollase una arquitectura militar que dio lugar a la población de La Mamola, a orillas del mar, y que se encontraba bajo la protección de la Torre del Cautor, del siglo XVI. Igualmente, con la misma finalidad, se construyó el Castillo de Baños, del siglo XVIII, donde se ubicó el núcleo de población de su mismo nombre.

Ya en el siglo XIX, Polopos es descrito como lugar próspero a causa de su producción de pasas, que se vendían en Málaga, sus vinos y sus aguardientes.

Murtas

Los primeros asentamientos humanos de este lugar se cree que fueron durante el Neolítico, hacia el 9.000 a.c., ya que se han encontrado en sus alrededores hachas y restos de la Edad del Bronce.

Durante el periodo nazarí perteneció a la taha de Sahil, siendo entonces Mecina Tedel una alquería.

Tras la conquista de la zona por los Reyes católicos en el siglo XV, sufrió la presión cristiana que produjo un levantamiento general de los moriscos, bajo el caudillaje de Aben-Humeya. Este levantamiento terminó con la expulsión de los musulmanes y el despoblamiento del lugar, apareciendo los nuevos colonos de otras zonas de España como Galicia, León, Asturias y Castilla.

Durante el siglo XIX, esta población tuvo una floreciente industria de vinos y sedas.

Lobras

El origen de este pequeño municipio se remonta a la dominación árabe, aunque pudo existir un asentamiento anterior, debido a la explotación de una antigua fundición de mercurio inactiva en la actualidad.

Tras varios siglos de tranquilidad vivió la guerra de la Reconquista Cristiana y posteriormente la Rebelión de los Moriscos, y su expulsión tras la represión de los ejércitos de Juan de Austria. Durante el siglo XVI se despobló, alcanzando actualmente índices muy bajos de población, debido al envejecimiento natural.

Cástaras

Esta población fue una antigua alquería de la taha de Juviles. Gozó de un rico pasado basado en la abundante ganadería y la fabricación de la seda. Desde finales de la época nazarí, y tras la repoblación, entró en una época de recesión socioeconómica.

El municipio se caracteriza por la gran abundancia de agua, gracias a los numerosos nacimientos que brotan de su territorio, haciendo de sus huertas una de las bases fundamentales de su economía.

Entre los siglos XII y XIV estuvieron en funcionamiento unos antiguos baños termales árabes llamados del “Piojo”, los cuales presentan agua ferruginosas con capacidad medicinal para problemas de piel y reuma.

Cádiar

Se cree que su nombre viene del árabe “al cadi”, traducido al castellano como “el juez”, por haber sido en tiempos de Al-Ándalus residencia permanente del juez principal de parte de la Alpujarra oriental.

Durante la sublevación de los moriscos en tiempos de Felipe II, Cádiar fue la patria de Aben-Xaguar, tío de Aben-Humeya, y responsable directo de su elección para dirigir el levantamiento. Humeya, como primer cabecilla de la revuelta, fue coronado rey en un olivar cercano a esta población, siendo en este mismo lugar donde se conspiró para acabar con su reinado.

En época musulmana, la población la formaban cinco barrios y dos anejos. En el siglo XV recibió el título de Villa, y tras la expulsión de los moriscos quedó casi despoblada, recibiendo colonos de Castilla, Galicia y León.

Berja

Se cree que fue fundada en la época ibérica o fenicia, aunque lo certero, sin duda alguna, es que la cultura romana pasó por esta población. Sobresalen la ruinas de la Villa Vieja, restos de un anfiteatro y de un acueducto; habiéndose encontrado también restos de mosaicos romanos.

Con la llegada de San Tesifón en el siglo I d.c. comienza la época paleocrsitana en Berja, encontrándose monedas, cruces y un sarcófago descubierto en la barriada de Alcaudique.

Desde la Villa Vieja, los antiguos pobladores se fueron extendiendo por la vega, después de que un terremoto destruyese la antigua ciudad en el siglo V, uno de los núcleos de población que quedó fue Berja, dando el nombre definitivo a esta Villa.

Tras la conquista de los árabes, éstos construyeron una Alcazaba sobre el antiguo recinto amurallado de los romanos, convirtiéndose en la “Berchat” musulmana, siendo una de las “tahas” en la que los árabes dividieron la Alpujarra. Uno de los vestigios de esta época se encuentra en el barrio de Benejí, donde se conservan unos de sus afamados baños.

En el año 1489 fue conquistada por los Cristianos, siendo cedida a Boabdil por los Reyes Católicos, el cual antes de marcharse para África definitivamente, la vendió con todas sus propiedades limítrofes a Fernando el Católico.

Llegaron nuevos pobladores cristianos, que tuvieron que convivir con los moriscos de la zona, lo que trajo algunos desbarajustes, culminando con la rebelión de éstos últimos en las Navidades de 1568, al no cumplirse las Capitulaciones pactadas, lo que produjo gran cantidad de muertes humanas. Una vez sofocada la revuelta, Berja quedó despoblada, manteniéndose algunos destacamentos militares, por lo que tuvo que ser repoblada de nuevo por vecinos de los pagos de Capileira, Pago, Julbina, Benejí y Alcaudique.

A partir de entonces y hasta 1753, perteneció a la Alcaldía Mayor de Ugíjar, pero en ese año entró en el Reino de Granada como Alcaldía Mayor formando parte de las Alpujarras. En el 1833 se dividió en provincias España, pasando a ser uno de los municipios de la provincia de Almería.

Almegíjar

Su origen es muy antiguo, habiéndose encontrado en su término municipal objetos datados del Neolítico. Por estas tierras pasaron romanos y visigodos, siendo los árabes los que marcaron las formas de la actual población, viviendo gracias a la producción de la seda.

Tras las presiones de los cristianos sobre los moriscos en el siglo XV, éstos tuvieron que emigrar, lo que hizo que se tuviera que repoblar la zona con campesinos de Galicia, León, Asturias y Castilla.

Su economía estuvo basada en la agricultura del cereal, del olivar y de la vid, ahora ha pasado al cultivo de los cítricos y otros frutales.

Alcázar

La palabra alcázar, en árabe Al-qasr, significa castillo, palacio o fortaleza. Posiblemente el origen de la población sea Árabe, aunque hay indicios de que antes existiese un asentamiento romano e incluso de pueblos indígenas anteriores. Recientemente se ha descubierto en un cerrillo varias tumbas de personas colocadas orientadas todas hacia La Meca, por lo que la relación con el mundo árabe es manifiesta.

En el siglo XI, Al Udri habla del Yuz de Bargis, al que Alcázar estaría adscrito. Bajo el dominio nazarí, entre los siglos XIII y XV, Alcázar estuvo incluido en la taha de Suhayl, llamada por los castellanos posteriormente “Pequeño Cehel”.

Sobre el 1500 se produce la huída de los moriscos tras la conversión de los mudéjares, despoblándose Alcázar y repoblándose posteriormente con colonos gallegos, leoneses y extremeños.

Posteriormente a estas fechas, esta población ha sido descrita como lugar de grandes encinas y mucha hierba para el ganado, recogiéndose en ella gran cantidad de cereales.

Albuñol

Su fundación data de la época árabe, aunque los restos neolíticos de la Cueva de los Murciélagos, descubiertos en 1858, demuestran que el hombre prehistórico vivió por esta población. Posteriormente se cree que se asentaron grupos de pastores que bajaron de la sierra para evitar el crudo invierno, instalándose en cabañas que más adelante se convertirían en viviendas fijas.

Su situación geográfica entre dos grandes núcleos fenicios como Abdera y Sexi, hace pensar que esta cultura también pasó por aquí

En la época árabe, los musulmanes dividieron la alpujarra en “Tahas”, formando parte esta localidad de la “Taha del Cehel”, denominándose por ellos “Hins Al-Bonyul”, traducido al castellano como “Castillo del Viñedo”. Se construyó a unos cinco kilómetros al interior desde la costa, con la intención de evitar los ataques de los piratas berberiscos, lo que a su vez le benefició en épocas posteriores, al dificultar también las incursiones de los moriscos.

No obstante, las incursiones bélicas africanas se produjeron, siendo una de las más sonadas la que sucedió cuando el Portal, musulmán cabecilla de la rebelión morisca contra los cristianos, al decaer la misma, huyó a Berberia y se dedicó a hacer incursiones en la costa de Granada para penetrar hacia la Alpujarra, la que él también conocía. En 1578 llegó con dos galeotes a la cala de la Rábita, desembarcó con 150 hombres y se internó por la rambla de Albuñol, cruzando la Alpujarra y llegando al Marquesado del Zenete. Allí capturó a varios cautivos, y cuando volvía con ellos le salió al paso el capitán Arévalo, que era de Bérchules, y que con 50 hombres le hizo varios prisioneros, siguiéndolo hasta la rambla de Melicena, donde le mató 40 hombres e imposibilitó que saliera con sus rehenes hacia África, marchando sin ningún botín. Se dijo posteriormente, que le cogió tal miedo al Capitán que pensó no volver jamás a desembarcar en España.

En 1505 el señorío de Albuñol, antiguas tahas de Suhayl y Sahil, fue adquirido por Luis Zapata Portocarrero a la reina Juana de Castilla. Esta noble casa había tomado parte en 1492 en la conquista de Granada, a partir de entonces pusieron en Albuñol la sede de gobernación y justicias. En el siglo XVIII la titularidad del señorío pasó por legítima trasmisión al Conde de Cifuentes, quien a partir del 1682 autorizó la venta real de tierras, viñas y propiedades a los agricultores de la zona.

En el 1696 los pobladores obtuvieron el permiso real de roturar y usar las tierras para labores agrícolas, deforestando gran cantidad de encinas que rodeaban la comarca. A partir de entonces nacieron gran cantidad de cortijos con los apellidos de los nuevos pobladores, lo que hizo de Albuñol una próspera zona agrícola y marinera, utilizándose el puerto de la Rábita para el comercio del vino, higos y almendras, trasladando sus productos a gran parte de la geografía española.

Albondón

Su origen es musulmán, conoció su máximo esplendor en la época árabe-andalusí, gracias a la explotación de sus recursos agrícolas. Tras la conquista cristiana y la posterior expulsión de los moriscos, sus tierras quedaron casi despobladas. Por su cercanía a la costa y facilidad de acceso, fue un paso de entrada de las incursiones de los berberiscos, por lo que tuvo un sistema defensivo amurallado del que aún quedan algunos restos arqueológicos.

Perteneció al señorío del Conde de Cifuentes hasta la separación de Albuñol en 1653. A mediados del siglo XIX vio crecer su población gracias a la producción de pasas y vino, los cuales exportaban al extranjero desde los puertos cercanos.

Adra

Ciudad del poniente almeriense, cuya economía ha estado basada en el sector pesquero y el mundo marítimo, siendo en el siglo VIII a.c., época en que fue fundada por los fenicios, un magnífico enclave comercial. Por ella han pasado diferentes civilizaciones, como los tartesos, griegos, cartagineses y romanos. Los romanos trasladaron desde Abdera salazones y el “garum” a otras ciudades del Mediterráneo. Es durante los siglos VI y VII d.c. cuando se instalan los bizantinos y los visigodos en esta población.

En el año 711, Tariq ben Ziyad cruza por el estrecho de Gibraltar procedente del Magreb para ocupar la Península, completándose la islamización de la zona abderitana a finales del siglo IX, en el que parte de la población se repliega hacia la Alquería para instalarse en un entorno con mayor capacidad defensiva.

A finales del 1489 los musulmanes de esta comarca se entregan a los Reyes Católicos. En 1505, mandados por Juana de Castilla, se asientan los cristianos junto al Castillo, creándose la población de Adra la Nueva, para distinguirla de la alquería o Adra la Vieja.

A partir de la mitad del siglo XVI, Adra es el centro económico más importante de la comarca, sobre todo por la comercialización de productos a través del puerto, por el auge de la industria azucarera y por la industria metalúrgica, en la que en 1822 se introdujeron los primeros hornos de fundición ingleses.

En 1833 se configuran las actuales provincias andaluzas, dejando de pertenecer a Granada, para incorporarse a la provincia de Almería.

Sorvilán

Entre los siglos VIII y IX posiblemente ya existiera como alquería.
Pero su historia conocida comienza entre los siglos X-XI cuando se establece el sistema de riego tan característico de la comarca: nacimientos de agua que llenan albercas desde donde parten acequias que conducen el agua a las tierras de cultivo.

Durante el siglo XI buena parte de La Alpujarra se siembra de moreras y se inicia una formidable producción de sedas que llagarán a competir con las mejores de Oriente y que se exportan, junto con frutos secos y esencias aromáticas, desde el nuevo puerto de Almería. Sorvilán será un pueblo próspero durante los siglos siguientes, como toda la comarca.

En el siglo XIV los bereberes fundan Alfornón, al norte del municipio y los nazaritas construyen la torre fortificada de Melicena sobre otra anterior. Por esta epoca el pueblo entra a formar parte de la taha del Gran Cehel, cuya cabeza era Almegíjar.

Coincidiendo con la toma de Granada por los Reyes Católicos se mejora de nuevo el sistema de riego. Pero en 1568 estalla la guerra de Las Alpujarras que termina con la derrota de los moriscos y se decreta su expulsión. Castilla crea entonces el Señorío de Torvizcón, a él pertenecerá Sorvilán hasta bien entrado el siglo XIX.

La repoblación de las tierras casi deshabitadas se lleva a cabo con colonos procedentes de León, Galicia, Asturias y Castilla. Los nuevos colonos, forasteros acostumbrados a otros sistemas de cultivo, comienzan una masiva roturación de tierras con la consiguiente desaparición progresiva de los bosques, se abandona la red de albercas y acequias tradicionales, decae la industria de la seda y se introduce el viñedo, comenzando así la elaboración de vino y pasas.

Durante los siglos XVI y XVII en que las poblaciones de la costa fueron tan castigadas por los piratas berberiscos, Sorvilán se libró de los ataques y saqueos debido a su emplazamiento alto.

Es en el siglo XVIII cuando los campos se organizan en bancales, que aún se pueden ver en muchos laeros, se restablece el antiguo sistema de albercas y acequias y se afianza el cultivo de la vid.

En el siglo XIX la población se ve reducida a la mitad con la emancipación de Polopos y sus futuros anejos: Portuguillos, Haza del Trigo, La Mamola, Torre del Cautor. Aún así se alude a Sorvilán como un lugar próspero debido a la exportación de vino a Jerez para el encabezamiento de sus famosos vinos, a la producción de pasas que se envían a Málaga y al aguardiente de Alfornón que llegó a tener hasta 5 destilerías, algunas se han conservado hasta mediados del siglo XX.

A finales del siglo XIX llega la filoxera que acaba con el cultivo de la vid y deja sin valor las tierras. Es entonces cuando sus habitantes se pueden convertir en labradores propietarios de las fincas que hasta este momento habían pertenecido al Señorío. Pero sin viñas el pueblo se encamina hacia una economía de subsistencia donde los cultivos de las huertas y la harina que se muele son solo para consumo propio, comienza aquí su decadencia,.

Con la llegada del siglo XX se introduce de forma intensiva el almendro y poco a poco renace el cultivo del viñedo. A pesar de ello continua imparable la decadencia económica y se inician las primeras emigraciones, en un principio a América y Orán. Pero es en la segunda mitad del siglo cuando sus habitantes lo abandonan de forma masiva y emigran a otras zonas de España, las consecuencias aún se dejan notar en la población.

Extraíso de la página web:
http://www.terra.es/personal2/eduluro/sorvilan/historia.htm