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Adra

Ciudad del poniente almeriense, cuya economía ha estado basada en el sector pesquero y el mundo marítimo, siendo en el siglo VIII a.c., época en que fue fundada por los fenicios, un magnífico enclave comercial. Por ella han pasado diferentes civilizaciones, como los tartesos, griegos, cartagineses y romanos. Los romanos trasladaron desde Abdera salazones y el “garum” a otras ciudades del Mediterráneo. Es durante los siglos VI y VII d.c. cuando se instalan los bizantinos y los visigodos en esta población.

En el año 711, Tariq ben Ziyad cruza por el estrecho de Gibraltar procedente del Magreb para ocupar la Península, completándose la islamización de la zona abderitana a finales del siglo IX, en el que parte de la población se repliega hacia la Alquería para instalarse en un entorno con mayor capacidad defensiva.

A finales del 1489 los musulmanes de esta comarca se entregan a los Reyes Católicos. En 1505, mandados por Juana de Castilla, se asientan los cristianos junto al Castillo, creándose la población de Adra la Nueva, para distinguirla de la alquería o Adra la Vieja.

A partir de la mitad del siglo XVI, Adra es el centro económico más importante de la comarca, sobre todo por la comercialización de productos a través del puerto, por el auge de la industria azucarera y por la industria metalúrgica, en la que en 1822 se introdujeron los primeros hornos de fundición ingleses.

En 1833 se configuran las actuales provincias andaluzas, dejando de pertenecer a Granada, para incorporarse a la provincia de Almería.