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Índice
* Travesía del Cabo de Gata en káyak.
* El Camino de Santiago en bici.
* Travesía de los "dosmiles" en el noreste de Andalucía.
Travesía de Cabo de Gata en Káyak
El estío es bochornoso, el sudor nos empapa haciéndonos soportar los rayos directos del Sol sobre nuestros resecos cuerpos, ¡nos daremos un remojón!.
Al salir del agua recordamos que tenemos un proyecto por realizar todavía, visitar juntos la temperamental costa de Cabo de Gata. Hemos consultado las previsiones meteorológicas y en los próximos días el mar no pasará de marejadilla, ¡puede ser nuestra oportunidad!.
Ya estamos en carretera con nuestras piraguas, nos desplazamos hacia las Salinas de Cabo de Gata, en ese poblado nos disponemos a iniciar la travesía, pero en esas horas el mar parece que se balancea en demasía.
Hace unos años atravesamos toda la costa almeriense en cinco días, sabiendo que no sería fácil que el mar fuera complaciente con nosotros y nos dejara surcarlo. Entonces Poseidón nos acompañó, pero hubo parajes que habrían necesitado una observación y estudio más íntegro. Por ello hemos pensado en navegar durante dos días por las límpidas aguas del parque natural de Cabo de Gata.
La duda envuelve nuestras mentes, pero después del recorrido terrestre desde nuestros lugares de origen debemos aventurarnos, y así lo hacemos. Una vez cargadas las embarcaciones nos adentramos en el agua, pronto notamos que no será un viaje sosegado, pero no nos importa ya que con las primeras paladas detectamos imágenes que en pocos lugares de la Tierra podríamos encontrar.
Nos empezamos a acercar al acantilado del faro, las rocas negruzcas y deshilachadas crean una impresión fantasmagórica, estamos solos pero muy cerca de la costa, por lo que en un caso extremo en muy poco tiempo podríamos desembarcar en esas arenas. Al pasar justo por debajo del faro nos adentramos en una estrecha y espectacular grieta por la que el mar pasea a sus anchas, y donde éste se calma por la ausencia del temido viento marino.
Las montañas que nos observan son las únicas de carácter volcánico de la Península, por lo que su fisonomía tiene un marcado rango desértico, siendo una sierra muy seca donde aparecen dunas y exclusividades que sólo se observarían en las zonas áridas africanas.
Seguimos nuestro sendero acuático alejándonos de su punto de inicio, en los cortados rocosos lejanos un grupo de niños nos saludan, quizás les extrañe ver estas pequeñas embarcaciones en este gran mar. Cercanos a tierra sobresalen continuos picachos del agua, forman figuras que parecen maléficas, creando un halo misterioso en el que la mente imagina cómo se pudieron formar tras erupciones y posibles movimientos terrenales. Nos vamos acercando a cada una de esas formaciones rocosas, descubrimos algunas cuevas que si el mar hubiera estado en calma las habríamos penetrado, pero en estos momentos es infructuoso, ya que el golpeo del agua contra ellas nos salpica estremeciendo nuestra piel colmándonos de inseguridad.
No muy lejos aparece el “Arrecife del Dedo”, una inmensa roca que parece que nos señala, como un enorme dedo, hacia el universo, quizás queriéndonos decir que alguien vela por los marinos por ahí arriba.
Doblamos el cabo con un viento de poniente preocupante y que nos afloja los músculos de nuestro constante remar. Momentos antes, al divisar la primera torre vigía con finalidades antiberberiscas, rozamos lo que a simple vista parecía un nevero de la cercana Sierra Nevada, que desembocaba directamente al mar. Esto no podía ser así, pronto, al acercarnos, vemos como el negro carbón del lugar ha sufrido un desprendimiento, dejando a la intemperie la roca madre, ¡maravilloso!.
Progresivamente vamos avanzando, acompañados por el reiterante pasar de las olas que nos transportan hacia el levante mediterráneo. Llevamos demasiado tiempo paleando, arribamos en “Cala Carbón”, una de las muchas playas pequeñas a donde la gente realiza excursiones hasta llegar a ellas, para gozar de un mar especial, de una costa limpia y con sabor a otras épocas. Tomamos un necesario desayuno energético y seguimos la ruta.
Las formas caprichosas geométricas de las rocas pasan una a una, manteniendo siempre tonos negros y azulados, rotos por el grana de nuestros kayak rompiendo las olas al pasar. Por la época en que nos encontramos, la mayoría las calas son visitadas por algún que otro bañista que disfruta del sol de forma muy natural y sin complejos. Al acercarnos sólo nos saludan y nos fijan con sus miradas, para ellos nosotros sí que somos extraños.
Circundamos dos de las playas más conocidas del Parque, la de Mónsul y la de los Genoveses, en donde el mar nos da un respiro, son ensenadas y se navega con muy poco esfuerzo, allí se encuentran fondeados varios veleros un poco más sofisticados que nuestras embarcaciones.
Hasta ahora nos han acompañado algunas aves en el navegar, a lo lejos hemos divisado flamencos, en los arrecifes las gaviotas patiamarillas y algunos cormoranes moñudos nos echan el ojo, siendo estos últimos los que inician un torpe vuelo chapoteando con sus enormes alas el agua cristalina. Los charranes, en un picado formidable, pescan no muy retirados de nosotros, pero lo más sorprendente es el medio por donde nos desplazamos, un agua extremadamente limpia, transparente, en la que podemos observar las diferentes fanerógamas, los erizos, peces multicolores... Estamos en uno de los enclaves más ricos en fauna marina de todo el Mediterráneo.
Por fin es mediodía, desembarcamos en la masificada playa de San José. ¡Qué bocadillo de jamón y queso nos hemos preparado!. Nos “echamos una siesta” entre las sombras pétreas y las de nuestras piraguas.
El persistente y progresivo remar nos hace recordar la anterior vez que pasamos por aquí. Estamos atravesando el monumental acantilado de “Punta de Loma Pelada”, al mirar hacia atrás vemos la desgarradora imagen que deja el astro solar sobre la costa escarpada y bañada por las considerables y relucientes olas. Al rodear la Punta encontramos una nueva ensenada que en otros tiempos puedo ser refugio de piratas por su excelente localización, ya que forma una semicircunferencia de pequeños riscos que podrían camuflar fácilmente a naves de tamaño mediano, a nosotros, por supuesto, nos alivia del temporal, prosiguiendo muy cerca de tierra, evitando así el viento de poniente que arrecia por momentos y que seguro no nos va a dejar en todo el camino.
Nuestro objetivo estaba marcado en desembarcar en el pueblo pesquero de la Isleta, por ello Fernando decide alejarse de la costa para acortar trecho, tomando como rumbo dicha población, la cual tenemos a la vista en la lejanía. Yo sigo cerca de tierra y observo que mi compañero cada vez se aleja más, le hago señales de alarma con mi pala, pero parece no localizarme. Cuando me encuentro cerca del cuidado castillo de los Escullos, decido acercarme hasta él, y con gran esfuerzo volvemos a coincidir, me dice que no me veía por el reflejo solar.
Empezamos a comprender que nuestra ruta prevista había de cambiar, tomamos un nuevo rumbo hacia los Escullos, pero el viento endemoniado nos hace trabajar a marchas forzadas, estando cerca de la población hemos tenido que luchar a sotavento para poder desembarcar, ¡ya estamos fuera!, los bañistas nos miran, estamos extenuados. Tendidos en la arena decidimos pasar la noche aquí, mañana la climatología nos orientará hacia la aventura o no.
La organización prevista de la travesía marina se torna terrestre, debemos acercarnos a los vehículos para trasladarlos a los Escullos. Después de ser acompañados en coche por una señora francesa amabilidísima, cogemos un autobús que nos lleva por el parque natural hasta “Cala Carbón”, allí empezamos a caminar deleitándonos con el sendero acuático que habíamos recorrido durante toda la jornada, pero esta vez desde las crestas de los acantilados.
Se hace de noche, con los frontales encendidos nos vamos acercando a nuestro objetivo. Hemos tenido suerte, no esperábamos recorrido interior tan espectacular, la nocturnidad nos sobrecoge, la luna creciente, las luces de los barcos en el infinito, el dulce cantar de los grillos...
Estamos cenando en el bar de Emilio en los Escullos, aquí hemos dejado las piraguas mientras hemos realizado el recorrido a pie, nuestra satisfacción se manifiesta en el estado de ánimo, hemos disfrutado de una insigne aventura nocturna sin esperárnosla, y ahora el pollo al ajillo, no podemos pedir más.
Está amaneciendo, son las siete de la mañana y el mar está en una calma tensa. Nos está invitando a seguir nuestra travesía, nosotros aceptamos la invitación.
Introducimos nuestros kayak de nuevo en el mediterráneo y proseguimos el viaje. Nos acercamos a la Isleta del Moro, poblado marino donde descubrimos un pequeño puerto de embarcaciones pesqueras sin refugio alguno, abierto al mar. Continuamos atravesando dos grandes promontorios de piedra que emergen del mar y que son el “santo y seña” de este lugar. Al salir de ellos el mar empieza a moverse transmitiéndonos intranquilidad, no queremos volver, nuestro espíritu de sacrificio nos lleva a seguir remando, las imágenes terrestres sigues siendo impresionantes, pero esa impresión la transmitimos hacia el temor que nos impone el mar desgarrado que hace en algunos momentos no ver al compañero, el oleaje nos envuelve.
Empezamos a atravesar la “Punta de la Polacra”, posiblemente uno de los acantilados más asombrosos y alpinos de la costa, el mar rompe sobre sus rocas erosionadas, ya no podemos más, nos volvemos.
La mente se relaja, hemos pasado momentos difíciles y preocupantes, pero la experiencia nos ha hecho recapacitar y, de nuevo a sotavento, regresamos a nuestro lugar de partida matutino. Arribamos en una playa cercana a Rodalquilar para absorber energía calórica e hidratarnos. Ya sólo nos quedan unas pocas millas para terminar.
La Isleta y por último los Escullos, es mediodía, unas cervecitas almerienses nos despiden de este apasionante mar.
Hasta el próximo cabo.
Travesía realizado en agosto de 2009 por Fernando Guerrero y Lisardo Domingo.
Datos de interés:
* Longitud recorrida: 40 km. aproximadamente.
* Tiempo de remada: 11 horas.
* Épocas recomendadas: todas, pero no adentrarse en estas aguas con vientos de poniente por su peligrosidad.
El Camino de Santiago en Bici
Habíamos pensado durante mucho tiempo en “El Camino”, todos hablaban de él como algo trascendental, reflexivo, sosegante, espiritual... Haberlo hecho a pie habría sido genial, pero no teníamos tanto tiempo, y ya que se hacía se haría completo.
Éramos un grupo de amigos cuya profesión nos abocaba hacia el reto deportivo, practicábamos diferentes deportes, pero el ciclismo lo hacíamos sin no mucha intensidad, por lo que varios meses atrás decidimos fortalecer nuestra resistencia ciclista, ya que decidimos realizar la travesía completa en diez u once días, lo que suponía una media diaria de unos 80 ó 90 kilómetros.
A continuación relato lo que fue este sorprendente “Camino” a través de algunas de las anécdotas ocurridas, vividas y sufridas por el grupo, que por cierto salió de Roncesvalles con cuatro componentes y termino en Santiago con cinco.
Que Santiago, patrón de todos los españoles, reparta toda la suerte y el beneplácito que os merezcáis.
Etapa 1:Pamplona – Sant Jean -Roncesvalles.

Distancia: 103’66 km.
Tiempo: 6h. 10’
* Fuimos recibidos por el arzobispo de Pamplona (íntimo amigo del compañero Manolo). Nos hacen la credencial y empezamos a disfrutar de esta pequeña aventura.
Paramos a comer al mediodía en Valcarlos, pueblecito español situado en la misma frontera con el pirineo francés.
En la vuelta desde Sant Jean, sufre una “pájara” Javi; la primera y la última del Camino.
El albergue está bastante descuidado pero es espectacular. Ahí tuvo Lisardo una caída por las escaleras, ¡empezamos con buen pie!. Por cierto la hospitalera es una “anti andaluces”, ¡peor para ella!.
Etapa 2: Roncesvalles - Estella.
Distancia: 91km.
Tiempo: 4h. 46’
* Tuvimos una primera caída por los caminos de roncesvalles, José María aguanta la herida y “tira palante”.
Al llegar a Pamplona comprobamos en nuestras “carnes” la fiesta de San Fermín.
Paramos en Puente de la Reina, población preciosa y con un puente construido en el siglo XI digno de ser visitado.
El hospitalero del albergue de Estella no tiene nada de “hospitalero”, ¡no es aconsejable dormir en el exterior, con lluvia y encima apaleado!. Además es horrible este albergue.
Etapa 3: Estella – Santo Domingo de la Calzada.
Distancia: 97’87km.
Tiempo: 5h. 21’
* Seguimos con el Apostol de espalda, ¡aunque no tanto!. Lisardo vuelve a tener un percance, a la bici se le rompe el eje de pedalier al salir de Estella por la mañana, tenemos que esperar aproximadamente una hora para que nos lo arreglen en el taller..., menos mal que estamos en una población.
No se os olvide hacer una pequeña parada en la “Fuente del Vino” de Irache, que pena que no nos coja al final de una etapa.
Antes de llegar a Logroño, nos encontramos a la famosa Doña Felisa (unos 85 años de edad), personaje ya histórico en el Camino, la cual nos ofrece higos y agua y controla el paso de todos los peregrinos que pasan por la puerta de su casa.
Hicimos una parada en Viana (aconsejable su visita) y en Navarrete. Santo Domingo es de los pueblos más bonitos del camino, no se debe dejar de ver toda la zona centro con su basílica, el parador nacional y su excelente comida...; por cierto, ¿no os he comentado todavía nada de las comidas del Camino?.
El albergue suele tener suficiente capacidad, incluso para los ciclistas. Muy agradables los hospitaleros y tienen a Santo Domingo que... a ver si encontráis cómo se ilumina.
Etapa 4: Santo Domingo de la Calzada – Itero del Castillo.
Distancia: 125’5 km.
Tiempo: 6h. 20’
* Llegamos al mediodía a Burgos, como no podía ser menos visitamos la famosísima catedral, por supuesto nos impresionó. A la entrada de la catedral, de nuevo a Lisardo “el pupas”, le entra una diarrea que le durará hasta dos días después, algo que influye en el ritmo de pedaleo del grupo, por suerte se recupera sin ningún tipo de tratamiento.
Después de almorzar y “echarnos una siesta” merecidísima, nuestro compañero José María inventa una “fugaz defecación” en las puertas del palacio de justicia de Burgos.
Nuestra intención era llegar hasta Castrojeriz, pero la mala impresión del pueblo, y sobre todo, el estar abarrotado el albergue, nos hace seguir camino.
Después de un final de etapa dubitativo, la bici de Lisardo vuelve a dar problemas y éste piensa en retirarse y volver a casa. Unas palabras de Javi al día siguiente le da ánimo, fuerza y ... palante.
Antes de llegar al final de etapa pasamos por un pueblecillo que no parecía de la época en la que vivimos, Yudego, lugar que merece una parada en el camino.
Desembarcamos en Itero del Castillo, un pueblecito de no mas de una treintena de habitantes que nos abre sus puertas y nos acoge, dejando que nos instalemos en su pequeño albergue (Ayuntamiento). A continuación buscamos comida, y por fin a las once de la noche la conseguimos la del día siguiente.¡Ah!, se me olvidaba el detalle de uno de los nativos del pueblo que nos ofreció una botella de vino, y que nosotros se la aceptamos con mucho gusto, fue vista y no vista. Estuvimos acompañados en el albergue por un holandés.
Etapa 5: Itero del Castillo - Sahagún.

Distancia: 82 km.
Tiempo: 4h. 30’
* Salimos del albergue con una climatología adversa, llovía y hacía frío. En Carrión de los Condes nos cae una tromba de agua que nos dejaría helados en parte de la ruta.
Al llegar a Sahagún nos encontramos el tiempo más benigno y un albergue restaurado y confortable, en el cual disfrutamos de nuestra estancia. Tuvimos bastante tiempo para visitar la población, y aprovechamos para que le pusieran a punto la bici a José María.
Etapa 6: Sahagún – Rabanal del Camino.

Distancia: 140 km.
Tiempo: 6h. 33’
* Entramos y sufrimos los llanos de Castilla, vamos los cuatro a bloque, procurando evitar al máximo el desgaste que supone ir en contra del viento durante tantos kilómetros. Nos encontramos por la ruta a Klaus, ciclista alemán que será una de las sorpresas agradables del Camino.
Almorzamos y “echamos la siesta” en León, en la ribera del río Bernesga. Anteriormente la habíamos visitado, quedándonos maravillados de la monumentalidad y luminosidad de la catedral.
Nuestra intención era pernoctar en Astorga, pero nos encontramos el albergue ocupado y seguimos hacia delante, los siguientes albergues seguían estando completos. Esa fue nuestra suerte, ya que paramos en Rabanal del Camino, lugar típico y de nuevo fuera de época, en el cual pernoctamos en su preciosa hospedería y cenamos una de las mejores “panzás” de toda la ruta.
Etapa 7: Rabanal del Camino – O Cebreiro.

Distancia: 92’5 km.
Tiempo: 5h. 20’
* Es una de las etapas más espectaculares, no sólo por sus endemoniadas subidas (Cruz del Ferro y O Cebreiro), sino por sus espeluznantes bajadas (El Acebo, donde se encuentra el monumento al Peregrino Ciclista).
En esta espectacular etapa, formando un grupo de cinco, subimos el puerto de Piedrafita sufriendo un desgaste que pensábamos nos podía influir en las etapas siguientes, sin embargo, la reacción y el entreno de todos los días anteriores posibilitaron que nuestra recuperación fuera fantástica (o a lo mejor fueron las excelentes comidas las que nos hicieron llegar en ese estado de forma).
Etapa 8: O Cebreiro - Melide.
Distancia: 107 km.
Tiempo: 5h. 47’
* Etapa rompepiernas que nos acerca al objetivo final de la ruta y que empieza a hacernos saborear la felicidad del sueño alcanzado.
En el albergue de Melide dormimos en el suelo y en sofas, esto era comprensible estando tan cerca de Santiago, lo cual no nos supuso otra cosa que satisfacción, disfrutando esa noche de n buen rato de “juerga y risas” antes de llegar a dormirnos, estábamos perdonados.
Etapa 9: Melide – Santiago de Compostela.

Distancia: 55’5 km.
Tiempo: 2h. 37’
* Por fin el paseo triunfal y la emoción de vivir la entrada a Santiago como peregrinos ciclistas, algo que por lo menos hay que experimentarlo una vez en la vida, de una forma u otra, a pie, a caballo, en bici..., pero lo importante es vivir la experiencia que te da el Camino, y no solo por los paisajes o el espíritu deportivo, sino por ese pensamiento que continuamente te envuelve y te hace recapacitar sobre lo que fue, es y será la fuerza que rezuma de forma gratuita este “Camino de Santiago”.
Llegó la hora de la despedida de nuestro amigo de fatigas Klaus, nosotros volvemos a nuestra vida diaria con nuestras familias mientras que él sigue su particular camino hacia no se sabe donde. Te deseamos que tengas toda la suerte del mundo y seas feliz, hasta pronto colega. La misa del peregrino y la credencial nos devuelven para casa.
Los kilómetros totales del Camino han sido 900, una cifra redonda para una experiencia redonda.

Curiosidades
Viaje de ida
Granada-Jaén: día 5 de julio a las 19h. con la empresa Alsina. 900 pts. No cobran la bicicleta
Jaén-Pamplona: día 5 de julio a las 22h. con la empresa La Navarra Andaluza (953271100). Pasaje 4.100 pts, y bici 1.500 pts. Llegamos a Pamplona a las 8’20h
Pamplona-Roncesvalles: por ser el inicio de los “Sanfermines” esta línea no trabaja hoy 6 de julio. La empresa que lo hace es La Montañesa, en la misma estación de autobuses
Viaje de vuelta
Santiago de Compostela-Madrid: en autobús que sale a las 21’30h y llega a las 6’30h de la madrugada. Empresa Alsa. Sólo admiten 4 bicis
Madrid-Granada: en autobús que sale a las 7’30h y llega a las 12h. Sólo admiten 4 bicis
Fecha de realización
Del 5 al 14 de Julio del año 2.000
Componentes del grupo
José María, Lisardo, Javi, Manolo y Klaus
Material utilizado para la Ruta
Vestimenta:
-Chubasquero completo.
-3 slips.
-2 calcetines.
-2 camisetas de algodón.
-2 maillots.
-2 culottes.
-1 forro polar-jersey.
-1 pantalón safari.
-Guantes.
-2 gafas de sol.
-Casco.
-Sombrero.
-1 zapatillas de deporte.
-1 chanclas.
Cámara de fotos y carretes.
Documentación (planos, información, identificación, dinero...).
Alimentación.
Botiquín:
-Aguja e hilo.
-Crema solar, antimosquitos...
Saco y colchón.
Higiene:
-Jabón.
-Toalla.
-Papel higiénico.
-Cepillo y pasta de dientes.
Botella y cantimplora.
Frontal con pila nueva.
Cuerda para atar.
2 pulpos.
6 bolsas de basura.
Material de mecánica:
-Llaves allen.
-Destornillador doble.
-Llave inglesa.
-Caja completa de parches.
-Cámara.
-Inflador.
-Varias llaves fijas.
-Cable de freno.
-Juego de zapatillas.
-Tres desmontables.
-Tornillos de repuesto.
Éramos un grupo de amigos cuya profesión nos abocaba hacia el reto deportivo, practicábamos diferentes deportes, pero el ciclismo lo hacíamos sin no mucha intensidad, por lo que varios meses atrás decidimos fortalecer nuestra resistencia ciclista, ya que decidimos realizar la travesía completa en diez u once días, lo que suponía una media diaria de unos 80 ó 90 kilómetros.
A continuación relato lo que fue este sorprendente “Camino” a través de algunas de las anécdotas ocurridas, vividas y sufridas por el grupo, que por cierto salió de Roncesvalles con cuatro componentes y termino en Santiago con cinco.
Que Santiago, patrón de todos los españoles, reparta toda la suerte y el beneplácito que os merezcáis.
Etapa 1:Pamplona – Sant Jean -Roncesvalles.
Distancia: 103’66 km.
Tiempo: 6h. 10’
* Fuimos recibidos por el arzobispo de Pamplona (íntimo amigo del compañero Manolo). Nos hacen la credencial y empezamos a disfrutar de esta pequeña aventura.
Paramos a comer al mediodía en Valcarlos, pueblecito español situado en la misma frontera con el pirineo francés.
En la vuelta desde Sant Jean, sufre una “pájara” Javi; la primera y la última del Camino.
El albergue está bastante descuidado pero es espectacular. Ahí tuvo Lisardo una caída por las escaleras, ¡empezamos con buen pie!. Por cierto la hospitalera es una “anti andaluces”, ¡peor para ella!.
Etapa 2: Roncesvalles - Estella.
Distancia: 91km.
Tiempo: 4h. 46’
* Tuvimos una primera caída por los caminos de roncesvalles, José María aguanta la herida y “tira palante”.
Al llegar a Pamplona comprobamos en nuestras “carnes” la fiesta de San Fermín.
Paramos en Puente de la Reina, población preciosa y con un puente construido en el siglo XI digno de ser visitado.
El hospitalero del albergue de Estella no tiene nada de “hospitalero”, ¡no es aconsejable dormir en el exterior, con lluvia y encima apaleado!. Además es horrible este albergue.
Etapa 3: Estella – Santo Domingo de la Calzada.
Distancia: 97’87km.
Tiempo: 5h. 21’
* Seguimos con el Apostol de espalda, ¡aunque no tanto!. Lisardo vuelve a tener un percance, a la bici se le rompe el eje de pedalier al salir de Estella por la mañana, tenemos que esperar aproximadamente una hora para que nos lo arreglen en el taller..., menos mal que estamos en una población.
No se os olvide hacer una pequeña parada en la “Fuente del Vino” de Irache, que pena que no nos coja al final de una etapa.
Antes de llegar a Logroño, nos encontramos a la famosa Doña Felisa (unos 85 años de edad), personaje ya histórico en el Camino, la cual nos ofrece higos y agua y controla el paso de todos los peregrinos que pasan por la puerta de su casa.
Hicimos una parada en Viana (aconsejable su visita) y en Navarrete. Santo Domingo es de los pueblos más bonitos del camino, no se debe dejar de ver toda la zona centro con su basílica, el parador nacional y su excelente comida...; por cierto, ¿no os he comentado todavía nada de las comidas del Camino?.
El albergue suele tener suficiente capacidad, incluso para los ciclistas. Muy agradables los hospitaleros y tienen a Santo Domingo que... a ver si encontráis cómo se ilumina.
Etapa 4: Santo Domingo de la Calzada – Itero del Castillo.
Distancia: 125’5 km.
Tiempo: 6h. 20’
* Llegamos al mediodía a Burgos, como no podía ser menos visitamos la famosísima catedral, por supuesto nos impresionó. A la entrada de la catedral, de nuevo a Lisardo “el pupas”, le entra una diarrea que le durará hasta dos días después, algo que influye en el ritmo de pedaleo del grupo, por suerte se recupera sin ningún tipo de tratamiento.
Después de almorzar y “echarnos una siesta” merecidísima, nuestro compañero José María inventa una “fugaz defecación” en las puertas del palacio de justicia de Burgos.
Nuestra intención era llegar hasta Castrojeriz, pero la mala impresión del pueblo, y sobre todo, el estar abarrotado el albergue, nos hace seguir camino.
Después de un final de etapa dubitativo, la bici de Lisardo vuelve a dar problemas y éste piensa en retirarse y volver a casa. Unas palabras de Javi al día siguiente le da ánimo, fuerza y ... palante.
Antes de llegar al final de etapa pasamos por un pueblecillo que no parecía de la época en la que vivimos, Yudego, lugar que merece una parada en el camino.
Desembarcamos en Itero del Castillo, un pueblecito de no mas de una treintena de habitantes que nos abre sus puertas y nos acoge, dejando que nos instalemos en su pequeño albergue (Ayuntamiento). A continuación buscamos comida, y por fin a las once de la noche la conseguimos la del día siguiente.¡Ah!, se me olvidaba el detalle de uno de los nativos del pueblo que nos ofreció una botella de vino, y que nosotros se la aceptamos con mucho gusto, fue vista y no vista. Estuvimos acompañados en el albergue por un holandés.
Etapa 5: Itero del Castillo - Sahagún.
Distancia: 82 km.
Tiempo: 4h. 30’
* Salimos del albergue con una climatología adversa, llovía y hacía frío. En Carrión de los Condes nos cae una tromba de agua que nos dejaría helados en parte de la ruta.
Al llegar a Sahagún nos encontramos el tiempo más benigno y un albergue restaurado y confortable, en el cual disfrutamos de nuestra estancia. Tuvimos bastante tiempo para visitar la población, y aprovechamos para que le pusieran a punto la bici a José María.
Etapa 6: Sahagún – Rabanal del Camino.
Distancia: 140 km.
Tiempo: 6h. 33’
* Entramos y sufrimos los llanos de Castilla, vamos los cuatro a bloque, procurando evitar al máximo el desgaste que supone ir en contra del viento durante tantos kilómetros. Nos encontramos por la ruta a Klaus, ciclista alemán que será una de las sorpresas agradables del Camino.
Almorzamos y “echamos la siesta” en León, en la ribera del río Bernesga. Anteriormente la habíamos visitado, quedándonos maravillados de la monumentalidad y luminosidad de la catedral.
Nuestra intención era pernoctar en Astorga, pero nos encontramos el albergue ocupado y seguimos hacia delante, los siguientes albergues seguían estando completos. Esa fue nuestra suerte, ya que paramos en Rabanal del Camino, lugar típico y de nuevo fuera de época, en el cual pernoctamos en su preciosa hospedería y cenamos una de las mejores “panzás” de toda la ruta.
Etapa 7: Rabanal del Camino – O Cebreiro.
Distancia: 92’5 km.
Tiempo: 5h. 20’
* Es una de las etapas más espectaculares, no sólo por sus endemoniadas subidas (Cruz del Ferro y O Cebreiro), sino por sus espeluznantes bajadas (El Acebo, donde se encuentra el monumento al Peregrino Ciclista).
En esta espectacular etapa, formando un grupo de cinco, subimos el puerto de Piedrafita sufriendo un desgaste que pensábamos nos podía influir en las etapas siguientes, sin embargo, la reacción y el entreno de todos los días anteriores posibilitaron que nuestra recuperación fuera fantástica (o a lo mejor fueron las excelentes comidas las que nos hicieron llegar en ese estado de forma).
Etapa 8: O Cebreiro - Melide.
Distancia: 107 km.
Tiempo: 5h. 47’
* Etapa rompepiernas que nos acerca al objetivo final de la ruta y que empieza a hacernos saborear la felicidad del sueño alcanzado.
En el albergue de Melide dormimos en el suelo y en sofas, esto era comprensible estando tan cerca de Santiago, lo cual no nos supuso otra cosa que satisfacción, disfrutando esa noche de n buen rato de “juerga y risas” antes de llegar a dormirnos, estábamos perdonados.
Etapa 9: Melide – Santiago de Compostela.
Distancia: 55’5 km.
Tiempo: 2h. 37’
* Por fin el paseo triunfal y la emoción de vivir la entrada a Santiago como peregrinos ciclistas, algo que por lo menos hay que experimentarlo una vez en la vida, de una forma u otra, a pie, a caballo, en bici..., pero lo importante es vivir la experiencia que te da el Camino, y no solo por los paisajes o el espíritu deportivo, sino por ese pensamiento que continuamente te envuelve y te hace recapacitar sobre lo que fue, es y será la fuerza que rezuma de forma gratuita este “Camino de Santiago”.
Llegó la hora de la despedida de nuestro amigo de fatigas Klaus, nosotros volvemos a nuestra vida diaria con nuestras familias mientras que él sigue su particular camino hacia no se sabe donde. Te deseamos que tengas toda la suerte del mundo y seas feliz, hasta pronto colega. La misa del peregrino y la credencial nos devuelven para casa.
Los kilómetros totales del Camino han sido 900, una cifra redonda para una experiencia redonda.
Curiosidades
Viaje de ida
Granada-Jaén: día 5 de julio a las 19h. con la empresa Alsina. 900 pts. No cobran la bicicleta
Jaén-Pamplona: día 5 de julio a las 22h. con la empresa La Navarra Andaluza (953271100). Pasaje 4.100 pts, y bici 1.500 pts. Llegamos a Pamplona a las 8’20h
Pamplona-Roncesvalles: por ser el inicio de los “Sanfermines” esta línea no trabaja hoy 6 de julio. La empresa que lo hace es La Montañesa, en la misma estación de autobuses
Viaje de vuelta
Santiago de Compostela-Madrid: en autobús que sale a las 21’30h y llega a las 6’30h de la madrugada. Empresa Alsa. Sólo admiten 4 bicis
Madrid-Granada: en autobús que sale a las 7’30h y llega a las 12h. Sólo admiten 4 bicis
Fecha de realización
Del 5 al 14 de Julio del año 2.000
Componentes del grupo
José María, Lisardo, Javi, Manolo y Klaus
Material utilizado para la Ruta
Vestimenta:
-Chubasquero completo.
-3 slips.
-2 calcetines.
-2 camisetas de algodón.
-2 maillots.
-2 culottes.
-1 forro polar-jersey.
-1 pantalón safari.
-Guantes.
-2 gafas de sol.
-Casco.
-Sombrero.
-1 zapatillas de deporte.
-1 chanclas.
Cámara de fotos y carretes.
Documentación (planos, información, identificación, dinero...).
Alimentación.
Botiquín:
-Aguja e hilo.
-Crema solar, antimosquitos...
Saco y colchón.
Higiene:
-Jabón.
-Toalla.
-Papel higiénico.
-Cepillo y pasta de dientes.
Botella y cantimplora.
Frontal con pila nueva.
Cuerda para atar.
2 pulpos.
6 bolsas de basura.
Material de mecánica:
-Llaves allen.
-Destornillador doble.
-Llave inglesa.
-Caja completa de parches.
-Cámara.
-Inflador.
-Varias llaves fijas.
-Cable de freno.
-Juego de zapatillas.
-Tres desmontables.
-Tornillos de repuesto.
Travesía por los "dosmiles" del noreste de Andalucía
Prólogo
Al noreste de la comunidad andaluza nos encontramos con un conjunto de sierras (La Sagra, Castril y Segura) que son la génesis del río más emblemático de esta región: el Guadalquivir. Estas sierras acumulan una cantidad pluviométrica importante al año, que han hecho que la erosión de las mismas conformen unos valles cuyas aguas cristalinas engrandezcan al majestuoso río Betis.
En este este entorno privilegiado vamos a encontrarnos con dos parques naturales como son el de Castril y Cazorla, y la cima de mayor altitud de Andalucía, si exceptuamos Sierra Nevada, como es La Sagra. En todo este conjunto de valles y picos disfrutaremos de un entorno biológico y geológico de una maravillosa diversidad, ya que pasaremos de los poco más de mil metros en las zonas bajas hasta superar los dos mil en las altas, lo que nos llevará a pisos bioclimáticos como el mesomediterráneo, donde predomina el encinar, el supramediterráneo, en el que los bosques caducifolios tienen más resalte, y el oromediterráneo, donde el bosque desaparece para dar paso a los matorrales adaptados al crudo invierno de las cumbres.
Nuestra propuesta de introducirnos en este espacio natural va desde el inicio en Puebla de Don Fadrique, pasando por la cima de la Sierra de la Sagra, volviendo a pasar por progresivamente por las sierras de Tornajuelos y Empanadas, finiquitando la travesía en el descenso del río Borosa. Esto, que ha sido narrado en tan pocas palabras, es una experiencia espectacular, la cual nos adentrará en la vida prácticamente salvaje durante tres o cuatro jornadas estivales.
La ruta
Etapa 1: Puebla de Don Fadrique-Refugio de la Sagra

Esta pequeña etapa es un pequeño prólogo a lo que nos espera más adelante. Desde la plaza del pueblo subimos una calle muy empinada en dirección a la sierra, enseguida nos encontraremos una pista forestal que asciende hasta llevarnos a los llanos donde aparecen varios cortijos como el de Tornajicos y el de Tejera. Siempre seguiremos por la senda principal sin desviarnos hacia la izquierda. Cuando llevamos andados unos siete kilómetros encontramos, enfrente de un helipuerto, un camino que sale a la derecha, lo seguimos sin ascender en ningún momento y cruzamos el “camino real de las Santas” para buscar el río Bravatas, cruzándolo por el pequeño puente de madera de la “Santa Nunilón”. Pronto, después de atravesar una zona de álamos, ascendemos hasta la “ermita de Las Santas”, patronas de las localidades de Huéscar y Puebla. Seguimos la pista que pasa por encima de la misma hasta llegar a un primer cruce de caminos, nosotros seguimos a la izquierda para seguidamente pasar a la derecha en el próximo desvío. Desde este momento iremos ascendiendo hasta encontrarnos con el “refugio de la Sagra”, aquí descansaremos y disfrutaremos del apasionante paisaje que nos brinda su entorno.
Datos de interés:
Distancia aproximada: 14 km.
Desnivel: La Puebla 1160 m. a Refugio 1500m.
Dificultad física: baja.
Tiempo empleado: entre 5 y 6 horas.
Postas de agua: Puebla, ermita de las Santas y en refugio forestal.
Etapa 2: Refugio de la Sagra-Cortijo Escribano
Después de un fuerte desayuno nos ponemos de nuevo en camino siguiendo la pista forestal entre pino carrasco de repoblación, hasta que ésta llega a su fin, es el momento de cruzar el pinar para realizar un fuerte ascenso por un “sendero de cabras” hasta el “Collado de las Víboras”, allí seguimos la divisoria de la sierra hasta conseguir coronar, después de varios efectos ópticos traidores, la cima de “La Sagra”. Nos encontramos en la cota más elevada de toda la travesía, por lo que merece una reconstituyente parada, no sólo por el extenuante esfuerzo, sino por la panorámica que se observa desde aquí: Sierra Nevada, Sierra de Baza, Parques Naturales de Cazorla y Castril, la Serranía de Murcia y Albacete...
Después de una fuerte reposición energética proseguimos la aventura bajando también por la divisoria en una orientación Noroeste. Aproximadamente a los 2.000 m. de altitud encontramos un collado muy pronunciado desde donde surgen, a la derecha y hacia abajo, un pequeño bosque de pino laricio centenario, con algunos de sus ejemplares castigados por las tormentas eléctricas, divisándose al fondo el cortijo de “Collado Blanco”, al cual deberán dirigirse nuestros pasos por una más que empinada cuesta descendente con grandes pasos de piedra suelta.
Una vez en el cortijo comeremos para seguir ya hacia la carretera comarcal campo a través, bordeando el “Barranco del Olmo” y atravesando el cortijo de su nombre. Al llegar a la carretera seguimos hacia la izquierda un kilómetro y medio hasta encontrarnos de nuevo a la izquierda un camino forestal que en 200 metros nos lleva al “Cortijo Noguera”, una vez cruzado el “río Raigadas”, donde os podréis dar un baño revitalizador y muy necesario.
De nuevo empieza la fatigante subida, esta vez por la pista forestal, manteniendo el ritmo durante unos tres kilómetros, ya que la luz solar empieza a escasear. Buscamos una zona donde pernoctar mediante vivac, encontrando una pequeña explanada en el entorno del “Cortijo del Escribano”, debajo de unas acogedoras encinas.
Datos de interés:
Distancia aproximada: 16 km.
Desnivel: Refugio 1500 m., cima de la Sagra 2368 m., carretera comarcal 1200 m. y cortijo del Escribano 1400 m.
Dificultad física: difícil.
Tiempo empleado: entre 10 y 12 horas.
Postas de agua: Refugio, cortijo Collado Blanco y cortijo Noguera (al cruzar el cortijo por la pista encontraremos un pozo de agua fresquísima).
Etapa 3: Cortijo Escribano-Arroyo del Infierno
Por la mañana temprano volvemos a poner en movimiento nuestros castigados pies, pasando los momentos más monótonos de toda la travesía, ya que deberemos atravesar largas distancias de camino forestal y en ascenso. Al rato aparecen delante de nosotros dos especies de agujas de piedra, es la zona llamada “Chaparral”, las bordeamos por delante y empezamos a subir y bajar por un auténtico camino rompepiernas hasta llegar a la “Laguna Seca”, que en esta época hace honor a su nombre. La dejamos a nuestra izquierda para realizar una potente subida por la línea divisoria hasta el “pico de Tornajuelos”, cima más alta y emblemática de “Sierra Seca”. Allí, después de un pequeño pisquislabis (comida), nos dejamos ir bajando hacia el valle del “río Castril”, atravesándolo (totalmente seco) por debajo del “cortijo Morales” que se encuentra totalmente en ruinas, y donde existe una refrescante fuente con agua proveniente del “barranco de los Carneros”.
Va llegando la hora del almuerzo, por lo que al cruzar el valle nos atrae una majestuosa “esfinge natural” de piedra, allí decidimos comer, ya que su fresca roca caliza y su monumental sombra nos alivia del terrorífico calor.
Después de una reponedora siesta ascendemos el “barranco de las Palomas”, desviándonos hacia otro pequeño valle a la izquierda que nos conduce progresivamente hasta la divisoria de la “Sierra de Empanadas”, frontera natural entre las provincias de Granada y Jaén. Después de caminar durante un tiempo por la misma, encontramos un barranco que con alguna dificultad nos lleva descendiendo hasta el “cortijo de la Puerta Lezar”, esta bajada es peligrosa y la realizamos con tranquilidad y mucha seguridad.
Es el momento de dejar de castigar a nuestras sufridas rodillas, nos esperan unos cuantos pasos, bastantes pasos, por una llanura preciosa y digna de observar desde las alturas de la “sierra de Empanadas”, la llamada “Llanos de Hernán Perea”. Ya pateamos el Parque Natural de Cazorla, es majestuoso, pero la noche se acerca y después de coger la pista que atraviesa la llanura paramos a dormir en las inmediaciones del “Arroyo del Infierno”, una vez pasado el refugio de pastores, bajo un bosque de pino salgareño.
Datos de interés:
Distancia aproximada: 23 km.
Desnivel: cortijo Escribano 1400 m.,El Chaparral 1700 m., pico Tornajuelos 2136 m., valle del río Castril 1550 m., collado dela sierra de Empanadas 1976 m. y arroyo del Infierno 1550 m.
Dificultad física: difícil.
Tiempo empleado: entre 12 y 14 horas.
Postas de agua: barranco de las Majadas de los Carneros, cortijo de la Rambla de Lezar y arroyo del Infierno (enfrente del refugio de pastores).
Etapa 4: Arroyo del Infierno-Torre del Vinagre
En nuestro cuarto día de intensas vivencias, hemos dormido muy bien, nos encaminamos a terminar con éxito y sin percances toda la travesía.
Enfrente a nuestra zona de pernocta se encuentra el “Alto del Infierno”, nos dirigimos a el por el valle dejándolo a nuestra derecha. Llegamos a un collado donde apreciamos al fondo una hondonada y un cortijo derruido, es el “Cortijo de Aguas Negras”, bajamos hasta el mismo y después de algunas dudas encontramos una senda que nos lleva por un descenso vertiginoso hasta el nacimiento del “río Aguas Negras”. Allí comemos y nos dejamos llevar por el refrescante paisaje del “río Borosa”, pasando por el “Embalse de los Órganos”, la central eléctrica, y después de un buen baño llegamos a nuestra meta final, la “Torre del Vinagre”, o Centro de Interpretación del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. ¡De nuevo la naturaleza nos ha brindado todas sus exquisiteces, no hay duda que las volveremos a saborear!.
Datos de interés:
Desnivel: Arroyo del Infierno 1550 m., Valle del Alto del Infierno 1700 m., Nacimiento del Río Aguas Negras 1300 m. y Torre del Vinagre 700 m.
Dificultad física: media.
Tiempo empleado: entre 7 y 9 horas.
Postas de agua: Arroyo del Infierno, Nacimiento del Río Aguas Negras, Río Borosa y Torre del Vinagre.
Mayores dificultades de la ruta
Ascensión desde el refugio a la cima de la Sagra (de 2 a 3 horas).
Descenso de la Sierra de Empanadas (1 hora).
Descenso del Alto del Infierno al río Aguas Negras (2 horas).
Lugares de interés
Ermita de las Santas: lugar de peregrinación de los habitantes de Huéscar y la Puebla.
Cima de la Sagra: es la montaña de mayor altitud de Andalucía, exceptuando la majestuosa Sierra Nevada.
Valle del río Castril y su “Esfinge Natural”: incluido en el Parque Natural de la Sierra de Castril.
Collado de la divisoria de la Sierra de Empanadas: desde donde se puede observar toda la ruta ya recorrida (Sagra, Tornajuelos) y la impresionante llanura de los Campos de Hernán Perea.
Río Borosa: con toda su diversidad ribereña que parece habernos trasladado al norte peninsular.
Material necesario
- Mochila como mínimo de 65 litros.
- Comida para tres días y medio.
- Navaja.
- Linterna y pilas.
- Botiquín.
- Protector solar para piel y labios.
- Loción antimosquitos.
- Gorra.
- Gafas de sol.
- Cantimplora de dos litros.
- Vestimenta según época.
- Botas de montaña.
- Saco de dormir.
- Prismáticos.
- Cámara fotográfica.
- Documentación.
Al noreste de la comunidad andaluza nos encontramos con un conjunto de sierras (La Sagra, Castril y Segura) que son la génesis del río más emblemático de esta región: el Guadalquivir. Estas sierras acumulan una cantidad pluviométrica importante al año, que han hecho que la erosión de las mismas conformen unos valles cuyas aguas cristalinas engrandezcan al majestuoso río Betis.
En este este entorno privilegiado vamos a encontrarnos con dos parques naturales como son el de Castril y Cazorla, y la cima de mayor altitud de Andalucía, si exceptuamos Sierra Nevada, como es La Sagra. En todo este conjunto de valles y picos disfrutaremos de un entorno biológico y geológico de una maravillosa diversidad, ya que pasaremos de los poco más de mil metros en las zonas bajas hasta superar los dos mil en las altas, lo que nos llevará a pisos bioclimáticos como el mesomediterráneo, donde predomina el encinar, el supramediterráneo, en el que los bosques caducifolios tienen más resalte, y el oromediterráneo, donde el bosque desaparece para dar paso a los matorrales adaptados al crudo invierno de las cumbres.
Nuestra propuesta de introducirnos en este espacio natural va desde el inicio en Puebla de Don Fadrique, pasando por la cima de la Sierra de la Sagra, volviendo a pasar por progresivamente por las sierras de Tornajuelos y Empanadas, finiquitando la travesía en el descenso del río Borosa. Esto, que ha sido narrado en tan pocas palabras, es una experiencia espectacular, la cual nos adentrará en la vida prácticamente salvaje durante tres o cuatro jornadas estivales.
La ruta
Etapa 1: Puebla de Don Fadrique-Refugio de la Sagra
Esta pequeña etapa es un pequeño prólogo a lo que nos espera más adelante. Desde la plaza del pueblo subimos una calle muy empinada en dirección a la sierra, enseguida nos encontraremos una pista forestal que asciende hasta llevarnos a los llanos donde aparecen varios cortijos como el de Tornajicos y el de Tejera. Siempre seguiremos por la senda principal sin desviarnos hacia la izquierda. Cuando llevamos andados unos siete kilómetros encontramos, enfrente de un helipuerto, un camino que sale a la derecha, lo seguimos sin ascender en ningún momento y cruzamos el “camino real de las Santas” para buscar el río Bravatas, cruzándolo por el pequeño puente de madera de la “Santa Nunilón”. Pronto, después de atravesar una zona de álamos, ascendemos hasta la “ermita de Las Santas”, patronas de las localidades de Huéscar y Puebla. Seguimos la pista que pasa por encima de la misma hasta llegar a un primer cruce de caminos, nosotros seguimos a la izquierda para seguidamente pasar a la derecha en el próximo desvío. Desde este momento iremos ascendiendo hasta encontrarnos con el “refugio de la Sagra”, aquí descansaremos y disfrutaremos del apasionante paisaje que nos brinda su entorno.
Datos de interés:
Distancia aproximada: 14 km.
Desnivel: La Puebla 1160 m. a Refugio 1500m.
Dificultad física: baja.
Tiempo empleado: entre 5 y 6 horas.
Postas de agua: Puebla, ermita de las Santas y en refugio forestal.
Etapa 2: Refugio de la Sagra-Cortijo Escribano
Después de un fuerte desayuno nos ponemos de nuevo en camino siguiendo la pista forestal entre pino carrasco de repoblación, hasta que ésta llega a su fin, es el momento de cruzar el pinar para realizar un fuerte ascenso por un “sendero de cabras” hasta el “Collado de las Víboras”, allí seguimos la divisoria de la sierra hasta conseguir coronar, después de varios efectos ópticos traidores, la cima de “La Sagra”. Nos encontramos en la cota más elevada de toda la travesía, por lo que merece una reconstituyente parada, no sólo por el extenuante esfuerzo, sino por la panorámica que se observa desde aquí: Sierra Nevada, Sierra de Baza, Parques Naturales de Cazorla y Castril, la Serranía de Murcia y Albacete...
Después de una fuerte reposición energética proseguimos la aventura bajando también por la divisoria en una orientación Noroeste. Aproximadamente a los 2.000 m. de altitud encontramos un collado muy pronunciado desde donde surgen, a la derecha y hacia abajo, un pequeño bosque de pino laricio centenario, con algunos de sus ejemplares castigados por las tormentas eléctricas, divisándose al fondo el cortijo de “Collado Blanco”, al cual deberán dirigirse nuestros pasos por una más que empinada cuesta descendente con grandes pasos de piedra suelta.
Una vez en el cortijo comeremos para seguir ya hacia la carretera comarcal campo a través, bordeando el “Barranco del Olmo” y atravesando el cortijo de su nombre. Al llegar a la carretera seguimos hacia la izquierda un kilómetro y medio hasta encontrarnos de nuevo a la izquierda un camino forestal que en 200 metros nos lleva al “Cortijo Noguera”, una vez cruzado el “río Raigadas”, donde os podréis dar un baño revitalizador y muy necesario.
De nuevo empieza la fatigante subida, esta vez por la pista forestal, manteniendo el ritmo durante unos tres kilómetros, ya que la luz solar empieza a escasear. Buscamos una zona donde pernoctar mediante vivac, encontrando una pequeña explanada en el entorno del “Cortijo del Escribano”, debajo de unas acogedoras encinas.
Datos de interés:
Distancia aproximada: 16 km.
Desnivel: Refugio 1500 m., cima de la Sagra 2368 m., carretera comarcal 1200 m. y cortijo del Escribano 1400 m.
Dificultad física: difícil.
Tiempo empleado: entre 10 y 12 horas.
Postas de agua: Refugio, cortijo Collado Blanco y cortijo Noguera (al cruzar el cortijo por la pista encontraremos un pozo de agua fresquísima).
Etapa 3: Cortijo Escribano-Arroyo del Infierno
Por la mañana temprano volvemos a poner en movimiento nuestros castigados pies, pasando los momentos más monótonos de toda la travesía, ya que deberemos atravesar largas distancias de camino forestal y en ascenso. Al rato aparecen delante de nosotros dos especies de agujas de piedra, es la zona llamada “Chaparral”, las bordeamos por delante y empezamos a subir y bajar por un auténtico camino rompepiernas hasta llegar a la “Laguna Seca”, que en esta época hace honor a su nombre. La dejamos a nuestra izquierda para realizar una potente subida por la línea divisoria hasta el “pico de Tornajuelos”, cima más alta y emblemática de “Sierra Seca”. Allí, después de un pequeño pisquislabis (comida), nos dejamos ir bajando hacia el valle del “río Castril”, atravesándolo (totalmente seco) por debajo del “cortijo Morales” que se encuentra totalmente en ruinas, y donde existe una refrescante fuente con agua proveniente del “barranco de los Carneros”.
Va llegando la hora del almuerzo, por lo que al cruzar el valle nos atrae una majestuosa “esfinge natural” de piedra, allí decidimos comer, ya que su fresca roca caliza y su monumental sombra nos alivia del terrorífico calor.
Después de una reponedora siesta ascendemos el “barranco de las Palomas”, desviándonos hacia otro pequeño valle a la izquierda que nos conduce progresivamente hasta la divisoria de la “Sierra de Empanadas”, frontera natural entre las provincias de Granada y Jaén. Después de caminar durante un tiempo por la misma, encontramos un barranco que con alguna dificultad nos lleva descendiendo hasta el “cortijo de la Puerta Lezar”, esta bajada es peligrosa y la realizamos con tranquilidad y mucha seguridad.
Es el momento de dejar de castigar a nuestras sufridas rodillas, nos esperan unos cuantos pasos, bastantes pasos, por una llanura preciosa y digna de observar desde las alturas de la “sierra de Empanadas”, la llamada “Llanos de Hernán Perea”. Ya pateamos el Parque Natural de Cazorla, es majestuoso, pero la noche se acerca y después de coger la pista que atraviesa la llanura paramos a dormir en las inmediaciones del “Arroyo del Infierno”, una vez pasado el refugio de pastores, bajo un bosque de pino salgareño.
Datos de interés:
Distancia aproximada: 23 km.
Desnivel: cortijo Escribano 1400 m.,El Chaparral 1700 m., pico Tornajuelos 2136 m., valle del río Castril 1550 m., collado dela sierra de Empanadas 1976 m. y arroyo del Infierno 1550 m.
Dificultad física: difícil.
Tiempo empleado: entre 12 y 14 horas.
Postas de agua: barranco de las Majadas de los Carneros, cortijo de la Rambla de Lezar y arroyo del Infierno (enfrente del refugio de pastores).
Etapa 4: Arroyo del Infierno-Torre del Vinagre
En nuestro cuarto día de intensas vivencias, hemos dormido muy bien, nos encaminamos a terminar con éxito y sin percances toda la travesía.
Enfrente a nuestra zona de pernocta se encuentra el “Alto del Infierno”, nos dirigimos a el por el valle dejándolo a nuestra derecha. Llegamos a un collado donde apreciamos al fondo una hondonada y un cortijo derruido, es el “Cortijo de Aguas Negras”, bajamos hasta el mismo y después de algunas dudas encontramos una senda que nos lleva por un descenso vertiginoso hasta el nacimiento del “río Aguas Negras”. Allí comemos y nos dejamos llevar por el refrescante paisaje del “río Borosa”, pasando por el “Embalse de los Órganos”, la central eléctrica, y después de un buen baño llegamos a nuestra meta final, la “Torre del Vinagre”, o Centro de Interpretación del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. ¡De nuevo la naturaleza nos ha brindado todas sus exquisiteces, no hay duda que las volveremos a saborear!.
Datos de interés:
Desnivel: Arroyo del Infierno 1550 m., Valle del Alto del Infierno 1700 m., Nacimiento del Río Aguas Negras 1300 m. y Torre del Vinagre 700 m.
Dificultad física: media.
Tiempo empleado: entre 7 y 9 horas.
Postas de agua: Arroyo del Infierno, Nacimiento del Río Aguas Negras, Río Borosa y Torre del Vinagre.
Mayores dificultades de la ruta
Ascensión desde el refugio a la cima de la Sagra (de 2 a 3 horas).
Descenso de la Sierra de Empanadas (1 hora).
Descenso del Alto del Infierno al río Aguas Negras (2 horas).
Lugares de interés
Ermita de las Santas: lugar de peregrinación de los habitantes de Huéscar y la Puebla.
Cima de la Sagra: es la montaña de mayor altitud de Andalucía, exceptuando la majestuosa Sierra Nevada.
Valle del río Castril y su “Esfinge Natural”: incluido en el Parque Natural de la Sierra de Castril.
Collado de la divisoria de la Sierra de Empanadas: desde donde se puede observar toda la ruta ya recorrida (Sagra, Tornajuelos) y la impresionante llanura de los Campos de Hernán Perea.
Río Borosa: con toda su diversidad ribereña que parece habernos trasladado al norte peninsular.
Material necesario
- Mochila como mínimo de 65 litros.
- Comida para tres días y medio.
- Navaja.
- Linterna y pilas.
- Botiquín.
- Protector solar para piel y labios.
- Loción antimosquitos.
- Gorra.
- Gafas de sol.
- Cantimplora de dos litros.
- Vestimenta según época.
- Botas de montaña.
- Saco de dormir.
- Prismáticos.
- Cámara fotográfica.
- Documentación.
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