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Priego, un Lugar de la Subbética Cordobesa





Este paseo es muy diferente a los que hasta ahora había planteado, no se trata de una ruta alpina, ni en káyak, ni siquiera en bicicleta, en esta ocasión va a ser un sendero semiurbano en el que los recursos históricos, gastronómicos y camperos de la ciudad de Priego absorberán nuestra mente hacia la cultura de una de las comarcas más originales de Andalucía, la Sierra Subbética.
Ayuntamiento


La entrada más representativa a esta población la encontramos viniendo de Alcalá la Real, a lo lejos asoma embalconado su casco histórico sobresaliendo las torres del castillo y de una de sus muchas iglesias. Este es el lugar que pretendemos visitar, el lugar donde la cultura forjó a esta ciudad y que hizo de ella una referencia en la historia de España.
El majestuoso reloj nos avisa de que nos encontramos en pleno centro de la villa. Es la plaza del ayuntamiento, aquí se mezclan diversos aromas, al bullicio de la gente, a freiduría tradicional, al aceite de sus almazaras. La ruta podríamos realizarla en cualquier sentido, pero hemos preferido adentrarnos desde la Plaza de Andalucía, pasando por la calle Mesones e Isabel la Católica hasta llegar al Barrio de la Villa.
Al entrar en él pronto descubrimos sus benditas diferencias, no hay edificios, el ruido desaparece, la soledad de sus calles te hacen otear hacia todas direcciones como queriendo buscar al tan habitual gentío de nuestras ciudades. Es el antiguo núcleo urbano de la ciudad, de origen árabe que se manifiesta por sus calles estrechas, laberínticas y encaladas, sus plazuelas con el sonar de sus fuentecillas, pareciendo que nos adentráramos en épocas pretéritas medievales. Algo que también sobresale son la multitud de balcones y ventanas enrejados, utilizando en la mayoría de los forjados el color verde natural. En una de las callejuelas encontramos una tiendecilla de artesanía en la que el producto estrella es el aceite de oliva. 
Barrio de la Villa

El señor es muy agradable, pronto nos atiende con encanto y nos ofrece una de las viandas únicas en esta población, el turrolate. Es un dulce artesanal alargado con gran poder energético y un sabor especial, cuyos componentes son cacao, almendras, azúcar, harina, vainilla y canela. A continuación, después del deleite para el paladar, nos instruye sobre el mundo del aceite. En esta última temporada ha sido declarado una de las marcas de la denominación de origen protegida “Priego de Córdoba” como el mejor aceite de oliva del mundo. Así que esta es otra de las maravillas gastronómicas de nuestro país, estando en la cuna y sobre todo en la zona de calidad extra, recordando que el consumo de este producto no sólo realza la sensibilidad de nuestro paladar, sino que estamos ante uno de los frutos más medicinales que existen en la naturaleza, el oro verde: controla del nivel de colesterol, es antioxidante, previene diversos tipos de cáncer, facilita la digestión y favorece la absorción del calcio.
Él, el tendero, es catador profesional, así que aprovechamos para aprender a distinguir con los sentidos los diferentes aceites y sus características, nos iniciamos en la Cata:

  • ·         Utilizamos un recipiente de vidrio oscuro e introducimos una cantidad pequeña de aceite.

  • ·         Calentamos la copa con nuestras manos, a una temperatura de unos 28º para poder percibir sus aromas.

  • ·         Olemos con inspiraciones leves y profundas, si es virgen extra, debe oler a fruta en su estado óptimo, manzana, hierba, hoja, almendra, plátano, tomate… Si por el contrario el olor es rancio, atrojado, tierra o avinado, será un aceite de peor calidad.
Plazuela de la Villa


  • ·         A continuación probaremos un sorbito del líquido y lo pasaremos por la cavidad bucal, determinando el dulzor a la entrada de la boca, el amargo al final de la cavidad y por último el picante al final de la garganta. Estas son señales de un aceite de alta calidad.

  • ·         Por último, a través del retrogusto, percibiremos otros atributos positivos que nos recuerden a la fruta en buen estado (aceite de calidad), o fruta deteriorada, que no hemos percibido en la fase olfativa.

Seguimos nuestro camino por las callejuelas hasta desembocar en una antiquísima fuente que da a un cortado donde se encuentra ubicada la ciudad de Priego. Las vistas son al valle, huertas, olivares majestuosos y la serranía nos aproximan a la esencia de esta población: su naturaleza. Rodeamos el barrio musulmán por el balcón del  Adarve hasta llegar al paseo de Colombia, allí se encuentran algunos de los restaurantes más afamados del lugar, donde se podrán degustar platos típicos como el rabo de toro, el salmorejo, los flamenquines y el revuelto de collejas.

Casa de Niceto Alcalá Zamora

Volvemos sobre nuestros pasos hacia el ayuntamiento, de ahí avanzamos por la calle Río hasta encontrar la casa donde nació y vivió uno de los personajes de nuestra reciente historia, Don Niceto Alcalá Zamora. La casa se ha convertido en un museo muy instructivo, ya que no solo se encuentra ambientada en cada una de sus alcobas, sino que en algunas de las habitaciones aparecen iconografías acompañadas de información de la época de la historia que le tocó vivir a este personaje. Fue un portento intelectual, a temprana edad ya era licenciado en derecho, y a los 40 años fue reconocido como uno de los grandes abogados de nuestro país. Esto le llevó hasta la presidencia de la Segunda República Española en el año 1931, terminando la misma en el 1936 por los acontecimientos  de la Guerra Civil. Se exilió en Francia y posteriormente en Argentina, donde vivió el resto de su vida, muriendo a los 71 años de edad.
Salón de la Casa


Para terminar el recorrido por el casco histórico avanzamos por la misma calle hasta llegar al parque donde se encuentran las dos fuentes más emblemáticas de la villa, la fuente del Rey y la fuente de la Salud. Ésta última de estilo barroco, con 139 caños o chorros, construida a diferentes alturas, por lo que el agua baja por cascadas hasta desaparecer bajo tierra. No es de extrañar el nombre de Villa del Agua por la que se conoce esta población, de la fuente de la Salud se ve brotar el nacer del agua por debajo de la piedra donde se refugia el manantial.
Es hora de adentrarnos en el campo de la Subbética, nada mejor que acercarnos a unos siete kilómetros hasta la aldea de Zagrilla, allí se encuentra el Jardín Micológico “La Trufa”, de una construcción excepcional, ya que tiene un gran recinto interior con diversas salas donde poder observar y diferenciar los diversos tipos de hongos con sus setas, además de una información amplia sobre el mundo del reino Fungi y de la micología. En el exterior han diseñado un amplísimo jardín donde se encuentran representados casi todos los ecosistemas micológicos de España: pinar, encinar y quejigar, ribera, castañar… 
Jardín Micológico La Trufa


El paseo por este jardín es muy instructivo, ya que la representación natural de cada ecosistema junto con los nombres de las especies que los habitan, hacen del recorrido un continuo y apasionante descubrimiento de los hábitats de muchos de los hongos que recolectamos en bosques de nuestra variada tierra, pasando en poco espacio de observar el bojín, la seta de cardo, el níscalo hasta la misma trufa.


Fuente del Rey


Ha sido un placer para la vista y para el paladar. Nuestra Cultura, nuestra Historia, nuestra Tierra.

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