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El Lago de Andalucía en Káyak







Este artículo es el mismo que el autor publicó en la página web de Omei Kayak, en la sección de Senderos de Agua.


















Situación Geográfica

El Pantano de Iznájar se encuentra entre tres provincias andaluzas, Granada, Córdoba y Málaga. Las poblaciones que lo rodean son Ventorros de Balerma (Granada), Fuentes de Cesna (Granada), Iznájar (Córdoba), Rute (Córdoba) y cuevas de San Marcos (Málaga). Este pantano recibe sus aguas del afluente más importante del Guadalquivir, el río Genil, que nace en la laguna de La Mosca en el Parque Nacional de Sierra Nevada.
El acceso para llegar se puede hacer por la población de Rute (C331), si vienes de Lucena (Córdoba), por Iznájar, si vienes de Granada o Málaga, por la A92, desviándose por Salinas a Villanueva de Tapia y de ahí a dicha población.

Lugar de Salida

La opción que nosotros elegimos fue la Playa artificial de Valdearenas, en la población de Iznájar. Para su localización, habremos de cruzar el puente del pantano que nos lleva al pueblo (si vienes de la A92), y seguir hasta cruzar el segundo puente. Nada mas cruzarlo desviarse a la izquierda buscando las indicaciones de Escuela de Vela. Como el pantano se ve continuamente será fácil desviarse hacia la izquierda e ir a para a dicha playa.

Lugar de Llegada

El mismo que el de salida.

Embarcación Recomendada

Mejor si es kayak de mar, ya que es una travesía larga, aunque cualquiera de los modelos pueden ser utilizados.

Equipamiento

Kayak, remo, botes estanco, una o dos mudas completas de ropa, alimentos energéticos, agua, saco de dormir, tienda de campaña, esterilla, cámara de fotos, crema solar, gafas de sol, gorro...

Épocas del Año para realizar la Travesía

La mejor época es la primavera, ya que el deshielo de la Sierra acercará al máximo la capacidad del pantano, y será la época en que se observarán mayor número de aves acuáticas.

Distancia y Duración

Son aproximadamente 80 km. el perímetro del pantano, aunque esto será en su máximo nivel de capacidad, siendo el tiempo empleado de unas 12 horas, según el nivel físico del piragüista. En otras “Sendas del Agua” se han hecho rutas por este pantano, pero nosotros hemos querido realizar la travesía completa para poder gozar del paisaje que circunda este embalse triprovincial.
Es aconsejable hacerlo en dos jornadas pernoctando en cualquiera de las zonas accesibles para ello, desde la misma playa de embarque a la isla del Cerro de la Mezquita.

Dificultad Física

Técnicamente es muy suave, a no ser que se intente penetrar en los arroyos que lo rodean o por el mismo río Genil. El nivel físico es exigente, ya que cada día se deberá remar entre 5 y 7 horas aproximadamente.

Permisos

Para navegar hace falta el permiso de la confederación hidrográfica del Guadalquivir, que se pide en su sede en cualquiera de las provincias andaluzas. Actualmente le han puesto unas cuotas anuales a todos los embalses de dicha confederación, que una vez abonadas hacen que se os envíe la autorización
Para acampar lo mejor es hacerlo de noche para sólo montar la tienda en horas nocturnas, para quitarla al amanecer.

Fauna

Existe gran variedad de animales, que se pueden ver con facilidad, ya que la soledad de esta agua hace que estos se confíen. Podemos observar garzas reales, ánades, charranes, gaviotas patiamarillas, gansos, fochas, barbos en los ríos, carpas, palomas zuritas, golondrinas, galápagos leprosos o liebre. Hay que resaltar también la aparición por diferentes zonas de caballos, cerdos ibéricos y cabras domésticas pastando por los alrededores.

Flora

La vegetación no es tan rica, aunque no exenta de ella, ya que se puede observar gran cantidad de encinas, acebuches, olivos, espárragos y algunos bosquetes de pinar.

Lugares de Interés

Población de Iznájar, con su fábrica de aceite semioculta en las aguas y el bonito puente árabe del Molinillo. La vista lejana de Ventorros de Balerma, la desembocadura del río Genil con sus característicos meandros, la isla del Cerro de la Mezquita cargada de vegetación y la Presa del Embalse.

Descripción de la Ruta

Son la ocho de la mañana, con las piraguas en el coche nos acercamos en poco más de una hora desde Granada a la playa de Valdearenas en Iznájar. La verdad es que el pantano es asombroso, dicen que es el más grande de Andalucía, y el hecho de pertenecer a tres provincias diferentes lo hacen aún más espectacular.
Sobre las diez de la mañana iniciamos la marcha acuática, decidimos empezar hacia el Este, adentrándonos en poco rato hacia el brazo que viene de la población de Iznájar. Al cruzar el exquisito puente árabe, vemos a estribor, en alto, el voladizo pueblo anteriormente mencionado. Pronto nos encontramos los restos de la fábrica de aceite, la mayoría de ella bajo las aguas del pantano, sobresaliendo una alta chimenea que engrandece el paisaje.
Volvemos sobre nuestras remadas y pasamos rodeando el pueblo por los vertiginosos cortados líticos.
Las aguas están limpias y claras, al atravesar bajo el puente moderno de la carretera seguimos por la ribera norte del embalse, pronto los olivos nos rodean, el paisaje se torna boscoso, pero de un bosque artificial olivarero. De repente observamos en la orilla opuesta como corretea un caballo y su potrillo, lo que nos hace remar en esa dirección para ver un maravilloso movimiento que recorre la imagen en el agua mediante un reflejo nítido.
Estamos en la estación primaveral, aunque el pantano está entorno al 70% de su capacidad, el tramo que ha quedado fuera de las aguas no es árido, sino cubierto de una espesa vegetación que imaginamos atrae a numerosos animales domésticos y silvestres. Al llegar a uno de los numerosos barrancos que desembocan en “nuestro mar”, nos sorprende una diversidad de vivos colores formados por el verde oscuro del encinar y varias franjas que llegan hasta el agua de color amarillo por una parte, de los gigantescos jaramagos, y de color violeta por otra, que lo forman los digitales.
Pasamos enfrente de la pequeña población de Fuentes de Cesna, que se observa a lo lejos en las alturas. En ese momento la orilla es un hervidero, al acercarnos vemos como las carpas adultas se agolpan en ella, pareciendo que no les importara nuestra presencia. Más tarde, un pescador nos diría que es la época de desove de dichos peces, por lo que sería una de las imágenes que más se repetiría durante toda la travesía.
Nos estamos acercando a la cola del pantano, durante un periodo nos acompañan un rebaño de cabras que parecen saber su camino sin ayuda del pastor, ya que este no aparece por ningún rincón. Llegamos a un matorral acuático que sobrepasa con creces la altura de las embarcaciones y a nosotros, por lo que en algunos momentos perdemos de vista a los compañeros. Al salir de él, nos dirigimos hacia el río Genil siguiendo sus meandros constantes de terreno arcilloso, subimos el río unos ochocientos metros, pero la fuerza del agua nos “apea del burro” y debemos dejarnos llevar por su corriente, de color barro, que nos acerca de nuevo al “lago”.
Bajamos en esta ocasión por el centro del pantano, son las tres de la tarde y el cuerpo pide una buena vianda, por ello, en una orilla cómoda y llena de vegetación paramos y organizamos el almuerzo.
Siempre se ha dicho que “el campo da hambre”, y así es, en pocos minutos nos juntamos los tres con una hogaza de pan cortijero de Alfacar y con dos botas de vino de Albuñol que hacen de nuestra comida un deseoso manjar.
Después del apreciado alimento y de la reparadora siestecilla, volvemos a poner nuestras posaderas sobre el “suave” asiento de las piraguas. Nos siguen acompañando los animales domésticos, a la altura de Ventorros de Balerma varios cerdos ibéricos se nos quedan mirando como si no reconociesen a esa especie de ser vivo que sólo tiene unos largos brazos y cuyas pernas flotan.
Hasta ahora la ruta ha sido muy placentera, el viento no ha existido y la temperatura ha estado benévola. Pero esto no podía seguir mucho más tiempo, al volver de nuevo a Iznájar se levante un fuerte viento que nos hace forzar más de la cuenta a los cansados brazos, penetramos en un gran ramal en dirección sur y al bordearlo salimos muy cerca ya del punto de partida matutino, cruzamos el gran puente nuevo y en unos minutos desembarcamos en la playa.
Todo se vuelve calmado, organizamos las tiendas y la comida para descansar y soñare lo que será la esperada jornada siguiente.
A las ocho de la mañana estamos preparados para iniciar la ruta, hemos hecho un fuerte desayuno con frutos energéticos y en unos instantes entramos en el agua. Esta vez la dirección es oeste, cruzamos hacia la ribera sur para adentrarnos en otro de los grandes ramales del embalse, está inundado de olivos, por algo esta zona tiene un aceite excepcional y con denominación de origen; ¡agua no les va a faltar!.
Volvemos de nuevo a la zona central del pantano hasta llegar a un saliente pétreo que nos abre el embalse observándose la zona de mayor majestuosidad del mismo. Enfrente, un poco escorado a estribor, se encuentra la isla del Cerro de la Mezquita, la cual desde nuestra posición no da sensación de isla, sino de un nuevo entrante gigantesco de tierra hacia el pantano. Nosotros pasamos en esta ocasión la isla por su zona sur, siguiendo hasta encontrarnos otra bonita imagen poco antes de llegar a la presa, es un conjunto de picachos que circundan el embalse a lo lejos, y que están flanqueados por una vegetación variada de olivar y pinar.
Estamos llegando a la presa, nos sorprende la pequeñez de la misma, y que pueda aguantar ese “mar” que empuja desde el Genil. A la derecha de la presa se encuentra un gran espolón que naturaliza un poco la artificialidad del cemento de esta.
Proseguimos cerca de la ribera norte en dirección de nuevo al puno de salida, a lo lejos se ve la forma contra solada del pueblo de Iznájar jalonado por la atalaya de su iglesia, llegando, después de algún descanso sobre la paz del agua, hasta la isla por la parte opuesta a la que pasamos por la mañana. En ella paramos y desaguamos nuestro cuerpos, para después de tomar unos frutos secos y realizar unos necesarios estiramientos, volver a la embarcación para seguir nuestro camino, que en aproximadamente cuarenta minutos llegará a su fin.

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