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Alarma Bajo el Mar


Debemos ser conscientes de que la denominación de deportes de riesgo que se da a varios deportes concretos, no es una cosa arbitraria hecha para desanimar, ni tampoco un intento de presunción por parte de sus practicantes. Hay por tanto que aceptar objetivamente que SI conllevan riesgo, riesgo que sin embargo podemos ignorar de forma no premeditada cuando tenemos la certeza, con razón o sin ella, de que dominamos dicho deporte.

En mi caso, he practicado durante años varios deportes de riesgo y continuo practicando alguno que otro. En algunos, por ser consciente de no dominarlos, he ido con todos mis sentidos en alerta y aún así, en algunas contadas ocasiones he estado apunto de graves accidentes. Pero puede que llegue quizás el problema cuando por exceso de confianza olvidamos precauciones. Siempre me he considerado un buen nadador, resistente y tranquilo, tanto en superficie como buceando, he nadado en zonas de olas y de corrientes, he buceado con botellas en cuevas y en el interior de barcos hundidos, tengo una gran resistencia en apnea y a pesar de todo ello la vez en que mas cerca he estado de un accidente letal ha sido en el agua.

Hace tan solo dos veranos, regresando con un amigo de bucear con botellas, al llegar a la boya en la que él amarraba su embarcación se nos cayó al agua su toldo, el cual, dado su peso y volumen se hundió de inmediato. Temiendo que la corriente de fondo se lo llevara, me coloqué de inmediato mi cinturón con los plomos ya que el peto de neopreno que aún tenia puesto me hubiera impedido profundizar y poniéndome gafas y aletas me lancé al agua alcanzando rápidamente el fondo, situado a 19 mts, cosa que ya sabíamos desde el día en que situamos el muerto (gran bloque de cemento) correspondiente. Localizado y cogido un extremo del toldo comencé a aletear fuerte para subir, pero al ponerse el toldo vertical y a merced de la corriente resultaba imposible conseguirlo por lo que al intentar aletear mas fuerte y estando a unos 3 mts del fondo me di cuenta de que no podía aletear, ¿motivo?, al haber estado buceando poco antes con botella y por tanto con el neopreno completo, la medida del cinturón era exageradamente grande para tan solo el peto, y al aletear, el cinturón había resbalado de mis caderas y había bajado hasta los tobillos, de donde tampoco bajaba por impedírselo mis aletas, mis piernas por tanto habían quedado trabadas. Tuve por ello que soltar el toldo, dejarme ir al fondo y allí localizar la hebilla, soltarla, abandonar el cinturón en el fondo y aletear para alcanzar la superficie.

Es fácil imaginar en que condiciones emergí, dada la profundidad ,el tiempo transcurrido y el esfuerzo realizado.

Las consecuencias que quizás puedan sacarse de este relato a efectos de supervivencia están en que por muy difícil que resulte tenemos que mantenernos dueños de nosotros mismos. Yo era consciente de que tenía que localizar la hebilla del cinturón, de que no podía quitarme las aletas, pues sin ellas no llegaría a la superficie y sobre todo que no podía abrir la boca pues en el momento en que entrara algo de agua en mis pulmones sobrevendría tos y con ella mas agua y el ahogamiento. Pero indudablemente la lección fundamental está en ser siempre conscientes de que estamos practicando una actividad de riesgo y de que
nunca podemos confiarnos.

Agradecimieto a A. F. G., autor de este artículo y compañero de aventuras. Por cierto la fotografía también es de él en una de sus múltiples inmersiones.

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