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Abeja común (Apis mellifera)


Dentro de la familia de los insectos Apoidea están los abejorros y diferentes clases de abejas, pero sin duda alguna, la Apis mellifera o abeja común es el animal más espectacular e imprescindible para la naturaleza.

Enjambrazo

Las colonias silvestres de abejas viven en troncos huecos, cuevas y otros lugares donde puedan construir y conservar sus colmenas. Cada colmena puede albergar unas sesenta mil abejas.
Para la naturaleza, y por ende para el ser humano, las tres funciones fundamentales de las abejas son:
1. Elaboración de cera utilizada para la realización de velas, cosméticos, productos farmacéuticos o mantenimiento de muebles.
2. Elaboración de la miel, uno de los productos más recomendables por la energía que aporta, y por los beneficios medicinales que conlleva.
3. Favorecen la polinización de las plantas en el proceso de recolección del néctar de las flores, ayudando al nuevo crecimiento de los seres vivos insustituibles para la producción de oxígeno al medio ambiente.

Características del entramado y maravilloso mundo de la abeja melífera:

* Dentro de la colmena existen varios tipos de abejas residentes, las domésticas que limpian los residuos, son las amas de casa y lo que hacen es momificar con propóleos, que son resinas recolectadas de los árboles, a los animales muertos dentro de la colmena.
Otras son las ventiladoras, que se sitúan cerca de la entrada batiendo las alas para que circule el aire en el interior, otras, las enterradoras que retiran las abejas muertas.
También están las obreras, que se encargan de construir los panales para almacenar la miel, éstas se dividen en constructoras, que excretan la cera o grasa mediante unas glándulas situadas en la cara inferior del abdomen, las abejas la mastican y la convierten en bolas con las que construyen el panal hexagonal de dos capas, que es donde crían las larvas y almacenan la miel. Las reparadoras, que arreglan los panales viejos, y las tapadoras que esparcen la cera sobre las nuevas capas de panales, construyendo también “espacio para abejas” en medio y alrededor de cada panal.
Colmena
* Entre las abejas que salen de la colmena están las exploradoras, que se dedican a buscar nuevas fuentes de néctar, usan el sol para orientarse, y por medio de una danza con la que señalan la distancia y la dirección, informan de sus hallazgos. Otras de las señales que tienen en cuenta las demás abejas para encontrar el lugar, es el aroma que despiden las exploradoras por el abdomen, y la fragancia de las flores donde han descubierto el néctar.

* A continuación le toca salir a las recolectoras en busca del néctar y el polen descubierto. Se cubren de polen pasándose las patas por el pelo del cuerpo, para reunirlo en las minúsculas cestas de las patas traseras. Para reunir el néctar tienen un pequeño estómago especial, y después de miles de viajes a una colmena pueden conseguir hasta siete kilos de este producto en un solo día. Cuando las recolectoras vuelven a la colmena regurgitan el néctar, mientras las abejas receptoras se lo llevan para convertirlo en miel.
* En la entrada de la colmena están las guardianas, que usan diferentes partes de su cuerpo para proteger de otros insectos la miel fabricada. Cuando clavan su aguijón en un adversario, normalmente lo pierden, muriendo a continuación.
* Los zánganos o machos de la colmena tienen como única tarea aparearse con la reina, y sólo constituyen el cinco por ciento de la población.
* La reina es la abeja de mayor tamaño y la única capaz de poner huevos para renovar la población. Se alimenta con la “jalea real”, que es una sustancia producida por una glándula especial situada en la cabeza de cada abeja nodriza. Estas nodrizas vigilan siempre a la reina para cuidarla, siendo abandonada la misma si no cumple con su función. Una vez que la reina es adulta realiza varios vuelos nupciales, distanciándose algunos kilómetros, dispersando un aroma que hace que sea perseguida por los zánganos. Posteriormente se aparean con varios de estos, impregnando a la reina con unos cinco millones de espermatozoides, muriendo al finalizar el acto. Ésta vivirá unos cinco años, produciendo obreras, aunque sin aparearse nunca más. La reina eliminará a las posibles reinas competidoras, aún en la forma de larvas reales.

El proceso de reproducción se realiza mediante la puesta de huevecillos en el área de cría de la colmena por parte de la reina. De estos salen larvas blancas pequeñas a los dos o tres días. Las nodrizas las alimentan durante dos días con “jalea real”, después “pan de abeja”, que es una mezcla de miel y polen. Después de unas dosmil visitas de la nodriza a la larva, en unos seis días, estas larvas se envuelven en un capullo convirtiéndose en crisálidas. A los doce días después, surgen las obreras aladas. De los huevos fertilizados nacen hembras con genes de la reina y de los zánganos apareados con ella, sin embargo, de los no fertilizados nacen sólo los machos, que heredan los genes de la reina. Las hembras aladas que emergen de las crisálidas, inician la tarea de limpiar las celdillas, ventilar la colmena o recoger la basura. A las tres semanas empieza la principal función de su vida: elaborar la miel.

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