Es la tortuga de mayor tamaño de las vivientes, y se
caracteriza porque en vez de caparazón tiene placas de hueso en la espalda, cubiertas
por piel y algo de grasa. Esta forma, que recuerda vagamente al instrumento
musical, es la que le ha dado nombre de tortuga laúd.
Tortuga Laúd encontrada en la costa de Almería (Foto Juan Salto Garrido) |
Cuando son adultas miden unos dos metros de longitud y
llegan a pesar seiscientos kilogramos, aunque se han registrado pesos de cerca
de una tonelada.
Esta especie se encuentra en todos los mares tropicales y
subtropicales. En el Mediterráneo no es fácil detectarlas, aunque no hace mucho
tiempo apareció una de ellas muerta en la costa almeriense.
Tiene multitud de características únicas que la distinguen
de las otras tortugas marinas. Su tasa metabólica es tres veces mayor de lo
esperado en un reptil de su envergadura, sus intercambiadores de calor contra corriente y su gran tamaño, le permiten
mantener la temperatura corporal de hasta 18 ºC sobre el agua circundante.
Esta especie de tortuga se alimenta básicamente de medusas.
Debido a la naturaleza transparente de sus presas, en demasiadas ocasiones se
asfixian al confundir los trozos de plástico con su alimento preferido,
muriendo por la ingesta de los mismos.
Este tipo de alimentación hace que posean una boca y
garganta muy especiales y temibles, que es una de las características exclusivas
y más sobresalientes de este ser para subsistir en la naturaleza.
Boca y garganta de la tortuga (Foto Juan Salto Garrido) |
En el pico
tienen un gancho que les ayuda a capturar a su presa, y en el interior de la
boca y garganta, poseen enormes espinas que apuntan hacia adentro y que les
ayudan a tragar sus presas, evitando que éstas se escapen. Dichas espinas son
flexibles, aunque casi tan fuertes como dientes.
1 comentario:
Me parece muy interesante tu blog, y creo que volveré de vez en cuenado para saber más de estos temas. gracias. Te dejo enlace a un cuento que he escrito hablando de este tema:
http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/2012/05/37-soledad.html
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