Es uno de los insectos más originales que aparecen en
nuestros bosques. Suele frecuentar charcas, lagos y arroyos con aguas poco
móviles. Mide unos tres centímetros de longitud, siendo la hembra más grande
que el macho. A la hora de la cópula, estos insectos permanecen unidos hasta la
puesta de los huevos. Aunque casi siempre están sobre el agua, tienen alas, y
les sirven para pasar de una charca a otra, o sobrevivir cuando el agua del lugar
de estancia se hiela.
El aspecto que más llama la atención es la forma que tiene
de desplazarse por encima del agua. Lo hace con movimientos cortos y rápidos de
los segundos par de patas, siendo las patas posteriores las que hacen de timón,
y las anteriores las que quedan libres para la captura de otros insectos. Tanto
las patas centrales como las posteriores tienen unas pequeñas almohadillas apicales
con pelos hidrófobos, que crean una pequeñísima bolsa de aire sobre la
superficie, que hace posible el deslizamiento perfecto del zapatero.