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LA ESCUELA DEL CORTIJO LA CUESTA DE ALBUÑOL

 Durante la década de los años 50 del siglo XX se estableció la Enseñanza Primaria en los cortijos de la Alpujarra granadina, mediante Escuelas Rurales.

La Escuela Rural se configuró como un medio fundamental para garantizar el acceso a la educación en territorios rurales, y constituyó un elemento clave para el desarrollo social y la igualdad de oportunidades de la población donde se encontraba ubicada.

Maestra con sus alumnos en el exterior

Los niños sin escolarizar vivían en cortijos y diseminados lejos de los centros de enseñanza.

Los maestros rurales fueron enviados a Escuelas Rurales que no existían, pero ellos eran los porteadores de idea de Escuela, por eso los maestros rurales de mediados del S. XX fueron los constructores del modelo de escuela en una comunidad rural.

El maestro impartía clase a todos los alumnos juntos en el misma aula, independientemente de su nivel y edad.

 

Hoy nos encontramos en lo que fue la Escuela Rural del Cortijo La Cuesta de Albuñol, en la Alpujarra baja de la provincia de Granada.

Ermita del cortijo La Cuesta

La primera instalación de la escuela en este cortijo fue en un almacén en la planta baja de una casa que un vecino cedió para tal fin. La vivienda de la maestra era en una casita contigua al almacén.

Con el tiempo, al aumentar el número de alumnos que venían de las numerosas cortijadas vecinas, este local se quedó pequeño como escuela.

Esta circunstancia, sumado a la necesidad de tener un lugar para el culto en el cortijo, hizo que una vecina donara un terreno enfrente de donde estaba situada la escuela y así construir una Escuela - Ermita que a la vez tuviera vivienda para el maestro. Esta se construyó en poco tiempo y en ella colaboraron todos los hombres y mozuelos del Cortijo La Cuesta.

Interior de Escuela - Ermita



Se hizo en una misma edificación, pero con dos entradas diferentes. Una entrada en el lateral para la casa del maestro, y otra entrada principal de acceso a la Ermita.

La pequeña vivienda de la casa del maestro se comunicaba por el interior con la Ermita a través de una pequeña puerta a la altura del Altar. Por este acceso, la maestra podía acceder desde su casa a dar las clases sin salir a la calle. Para dar las clases, el Altar quedaba oculto por unos paneles de madera que se abrían y cerraban a voluntad. Sobre estos paneles se colgaba la pizarra.

Entrada recibidor de la escuela

Dentro de sus limitaciones de espacio, la casa del maestro disponía de las siguientes dependencias: Entrada-recibidor, pasillo-distribuidor, derecha 2 dormitorios, izquierda pasillo, cuarto de estar chimenea, cocina de leña y fregadero, y despensa con pequeña nevera. Desde la despensa se accedía a un pequeño patio exterior en donde se encontraba el retrete. No disponía de cuarto de baño ni agua corriente, por lo cual debían de ir por ella a la fuente del Cortijo. Sí había electricidad.

 

Así pues se trasladó la Escuela a la Ermita, comenzando allí las clases. Referenciar de paso que siempre fueron maestras las que ejercieron su labor en el Cortijo.

La Ermita ya estaba hecha, pero aún faltaba dotarla de un Santo que venerar. Fue entonces cuando otra vecina devota de la Virgen de Fátima donó una imagen de esta para presidir el Altar mayor. Este acto lo realizó en agradecimiento a la Virgen por haber sobrevivido y recuperado de un grave accidente de tráfico. Desde entonces, la Virgen de Fátima es la patrona del Cortijo La Cuesta de Albuñol, y todos los meses de mayo por la fecha de su festividad se le celebra una misa en la Ermita, con procesión posterior. Al terminar los actos religiosos se tiran cohetes y los vecinos y allegados se juntan en una comida de convivencia.

Pasillo de las dependencias

A la Escuela del Cortijo venían a recibir clase muchos niños de cortijadas vecinas, algunas a gran distancia caminando, subir y bajar fuertes pendientes y cruzar barrancos como los que venían del Cortijo “Los Coloraos”. Transitaban por los caminos reales y de herradura, bien conservados por entonces. Los más atrevidos atrochaban campo a través por medio del secano, como los hermanos Carmona, que venían del Cortijo “El Cantor” y atrochaban por la fuente “La Teja”.

Acudían a recibir sus clases niños de cortijos del municipio de Albuñol (Los Coloraos, El Cantor, El Búho y Caseta El Maurel) y otros de cortijos del vecino municipio de Sorvilán (Los Bellidos, La Torrecilla, El Madroño y La Cruz).

En la Ermita se daban clases de lunes a viernes, y los domingos se celebraba misa.

Salón con chimenea

El horario de clases era por la mañana, hasta el mediodía, volviendo los alumnos a sus casas para almorzar. La maestra escribía y explicaba los ejercicios en una pizarra, los alumnos pequeños escribían en una pequeña pizarra con un pizarrín, y los mayores en una libreta con lápices. Tenían Enciclopedias Escolares. Los pupitres eran los clásicos de la época, de 2 plazas, que en los soleados días de primavera los sacaban a la puerta de la escuela y daban la clase en la calle.

Cuando por la noche las personas mayores volvían de las tareas del campo y alistaban los animales, a quien quería y lo necesitaba la maestra también le daba clases, enseñándoles a leer, escribir y operaciones básicas de matemáticas.

Las maestras que trabajaron en el Cortijo La Cuesta de Albuñol eran muy respetadas y estimadas por todos los vecinos, y era normal que, aunque ellas tuvieran su propia vivienda en el Cortijo, fueran invitadas a comer y a pasar las largas sobremesas de invierno en casa de alguna familia del Cortijo, para que no estuvieran solas.

Acceso exterior a los excusados

Hoy en día la Escuela Ermita del Cortijo La Cuesta lleva muchos años cerrada y se mantiene en pie gracias al cuidado y mantenimiento de los vecinos.

 

Otras Escuelas Rurales del municipio de Albuñol, destacables en su momento, fueron:

Escuela Cortijo Los Rivas (en pie), Haza Mora (ruinas), La Ermita EL Palomar (ruinas), Los Yesos (desaparecida) y Chaulines (desaparecida).

Cocina fregadero

Otro ejemplo diferente de Escuela Ermita en el pueblo de Albuñol, que funcionó como Aula Complementaria al Colegio Natalio Rivas, fue la Ermita de San Marcos, en la que muchas generaciones de albuñolenses cursamos 5º de Educación Primaria con un profesor de referencia.

 

La decadencia de estas Escuelas Rurales en La Alpujarra fue motivada por el hecho de que en los años 70 se produjo un fenómeno social que cambio la vida en los cortijos: la emigración. Muchos habitantes partieron al extranjero, y otros a Cataluña y a otras regiones españolas en busca de mejores perspectivas económicas. La mayoría de ellos marcharon a la comarca del poniente almeriense, El Ejido y Roquetas principalmente, comprando con sus ahorros un terreno que resultó ser muy próspero cuando comenzaron los años del cultivo en invernadero, siendo este ahora su medio de vida.

Despensa alacena

Al mismo tiempo, las familias que a duras penas subsistían en el campo debido a la bajada de precios de los productos que cultivaban (almendras, uvas, higos y cereal), se vinieron a vivir al pueblo, Albuñol, abandonando los campos y cerrando cortijos y viviendas, que poco a poco se convirtieron en ruinas.

 

Autores: Eduardo Antonio y Andrés López Lorente

Fuente: Vecinos y antiguos alumnos de la Escuela del Cortijo La Cuesta de Albuñol.




Procesión Virgen de Fátima años 60


Escuela cortijo Los Rivas

Virgen de Fátima de cortijo La Cuesta


Fuente del cortijo La Cuesta