Autora: Paula Guerrero Bujardón
Había una vez un cernícalo que era más pequeño que los demás,
y que vivía en un gran bosque, rico en alcornocales, laurel y arbustos como
madroños, brezos y acebos.
Siempre se sentía triste porque quería ser tan grande como
sus amigos, y le decía a su mamá:
- - ¡Yo quiero ser como mis amigos para que todos
admiren mi grandeza cuando esté volando por este magnífico bosque! Además, mis
amigos se burlan de mi porque cuando volamos juntos, siempre quedo el último ya
que mis alas son pequeñitas.
Su madre siempre tenía palabras bonitas, pero a pesar de
ello, el pajarito seguía sintiéndose triste e inferior a sus amigos.
Un día estaba reunido con sus amigos, cuando el más grande
de ellos dijo:
- - ¡Vamos a volar al otro lado del bosque, allí hay
muchas frutas para comer!
- - ¡Yo también quiero ir! - Dijo el pequeño cernícalo.
-
Bueno, está bien, puedes ir con nosotros, pero
por ser el más pequeño tú recogerás las frutas para nosotros.
Así, todos juntos, emprendieron el vuelo al otro lado del
bosque, volaban al ritmo del pajarito, pero algo sucedió en lo más alto de los
árboles: uno cazadores de aves habían colocado mallas para atrapar a los
pájaros que volaran por allí y todos quedaron prisioneros.
- - ¡Ahora nos meterán en jaulas y nos llevarán a
las ciudades y nunca más volaremos libres! – Dijo uno de ellos.
- - Si pudiéramos salir y soltar ese nudo que tiene
la red podríamos escapar antes de que vuelvan los cazadores. – Dijo otro.
- - Los huecos de la malla son muy pequeños, ninguno
de nosotros cabe ya que somos muy grandes. – Dijo el líder.
Entonces, el pequeño cernícalo exclamó:
- - ¡Yo puedo salir, soy pequeño y mi cuerpo cabe
por allí!
Y eso hizo. Salió por una abertura de la red y con su
pequeño piquito logró soltar el nudo y liberó a sus amigos, los cuales se
disculparon por burlarse de su tamaño y lo trataron como el más grande de
todos.
El pequeño cernícalo se sintió feliz y entendió que la
grandeza está en el interior, pues gracias a su tamaño fueron libres él y sus
amigos y se sintió muy feliz por siempre.