Una vez capturado el pescado, si éste es de un tamaño aceptable pasamos a hacer lo siguiente:
o Sangría: nada mas capturado cortarle la garganta y desangrarlo. Quitarle las agallas.
o Destripar: rajar desde el ano hasta el corte de la garganta, quitando todas las tripas que nos servirán de cebo. Si encontramos huevas, situadas a lo largo del costado del pez, utilizarlas para comerlas, ya que son muy nutritivas.
o Descamar: no es necesario pero si se hace realizarlo con el cuchillo desde la cola a la cabeza.
o Desollar: si vemos que la piel es dura atravesamos la cabeza del pez con un palo y lo colgamos, a continuación le cortamos alrededor del cuello y tiramos de la piel hasta la cola. Por otra parte, la piel es también nutritiva y debe dejarse.
Cuando se han realizado estas fases lo abrimos, le quitamos la raspa central y a continuación lo enterramos en sal gorda, poniendo una capa de sal entre cada pescado abierto. Una vez preparado todo se mantiene en esa salazón durante dos días, lo sacamos y tal y como está se cuelga para secarlo aireándolo al sol durante otros dos días. Una vez terminado el proceso tendremos un pescado seco y a la vez salado muy rico en proteínas y minerales listo para degustar.
Autor: Rafael García Montijano.
Experto en técnicas de alimentación de supervivencia.
Autor: Rafael García Montijano.
Experto en técnicas de alimentación de supervivencia.
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