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Turón

El origen de la palabra Turón viene del latín “Turobriga”, se supone que esta población fue ibero-romana, aunque existen evidencias reveladoras de que en el Neolítico hubo presencia humana en esta zona, aprovechando las cuevas como viviendas y enterramientos. En el Marchal se han encontrado restos de enterramientos junto con utensilios y enseres domésticos, como vasijas hechas a mano con arcilla, puntas de flecha y hachas de piedra.

La cercanía de la ciudad fenicia de Abdera, hizo que hubiera relaciones comerciales con esta comarca.

En la época romana, a la vez que se construía la “Vía Hercúlea”, se erigían las calzadas de Turón a Adra y Albuñol, otra de Turón a Benínar y Berja, y la última de Turón a Murtas y Cádiar. Estas importantes vías de comunicación se construyeron para transportar el mineral de plomo que se explotaba en las minas de la zona, que estuvieron en funcionamiento hasta 1973.

El cultivo de la tierra se vio favorecido por el entramado de acequias para regadío y el uso del arado romano, desarrollándose sobre todo el olivo y la higuera, cuyos hogos fueron famosos y muy apreciados en los mercados de la antigua Roma, por su delicadeza y dulzura.

Durante la dominación árabe, en el 711, el pueblo adquirió su máxima relevancia, integrándose en el siglo XV en la taha del Gran Cehel. La mezquita estuvo enclavada donde se encuentra la actual iglesia, quedando también algunos restos árabes como las almazaras de Colorín y la de San Rafael. En esta época fueron también famosas la lana y la seda trabajada por estos habitantes, cultivando la morera para la crianza del gusano de seda. Obtenían una amplia gama de colores mediante la mezcla de tierras e insectos variados, de donde obtenían los tintes.

Tras la rendición de los moriscos la población cayó en decadencia y despoblamiento, siendo repoblada durante el reinado de Felipe III con campesinos de Galicia, León, Asturias y Castilla, para habitar las tierras dejadas por los musulmanes y vendidas a Luis Zapata Portocarrero por la reina Juana de Castilla.

Investigación realizada por Mª Dolores Fernández Gil.